Ese índice cayó 222,91 puntos y terminó en 15.944,32 unidades, el selectivo S&P 500 bajó un 1,09 % hasta 1.882,95 enteros y el índice compuesto del mercado Nasdaq perdió un 2,18 % hasta 4.468,17 unidades.
Los operadores en el parqué neoyorquino protagonizaron una sesión muy volátil que arrancó con descensos tras el mal sabor de boca que dejaron los resultados de Boeing y Apple y a mitad de jornada remontaron las pérdidas animados por un rebote del petróleo.
La firma aeroespacial terminó 2015 con unas cuentas en línea con lo que esperaban los analistas, pero decepcionó con sus previsiones para el conjunto de 2016, mientras que el gigante tecnológico no convenció con sus ventas trimestrales.
Fue a dos horas del cierre cuando todas las miradas se dirigieron hacia Washington, donde la Fed concluyó su primera reunión de política monetaria del año y al no descartar una nueva subida de los tipos de interés en marzo, Wall Street entró otra vez en pérdidas.
La institución que preside Janet Yellen decidió no alterar las tasas, dijo que «está vigilando de cerca los acontecimientos económicos y financieros globales» y confió en que las condiciones evolucionen de forma que solo se necesiten «incrementos graduales».
Al final, la mayoría de sectores de Wall Street terminaron el día a la baja, entre los que destacaron el tecnológico (-2,32 %), el sanitario (-1,33 %), el industrial (-1,03 %), el de materias primas (-0,74 %), el financiero (-0,57 %) o el energético (-0,20 %).
La aeronáutica Boeing y la tecnológica Apple encabezaron las pérdidas en el Dow Jones, con contundentes caídas del 8,93 % y 6,55 % respectivamente, por delante de DuPont (-3,74 %), Nike (-2,50 %), Merck (-2,10 %), Disney (-2,03 %) o Exxon Mobil (-1,84 %).
Al otro lado de la tabla lideró las ganancias la operadora Verizon (1,62 %) por delante de Johnson & Johnson (0,97 %), 3M (0,53 %), McDonald’s (0,37 %), United Technologies (0,19 %), Travelers (0,06 %) y Coca-Cola (0,02 %).
Al cierre de la sesión bursátil, el petróleo de Texas subía a 32,03 dólares, el oro avanzaba a 1.126,1 dólares, la rentabilidad de la deuda pública a diez años bajaba al 1,996 % y el dólar perdía terreno frente al euro, que se cambiaba a 1,0893 dólares.