Paes subrayó que las olimpiadas se celebran en agosto, en el invierno austral, una época en la que «no hay incidencia del mosquito» transmisor en la ciudad brasileña.
«Es obvio que el zika es un problema, pero es un problema para nosotros que estamos aquí, no es un problema para los Juegos», dijo Paes.
El alcalde también aseguró que el número de casos de dengue, enfermedad endémica de Brasil transmitida por el mismo mosquito del zika, es el más bajo de los últimos años registrado en el verano de Río de Janeiro.
No obstante, la Alcaldía anunció la semana pasada que, en el mes de las competiciones olímpicas, fumigará a diario las instalaciones donde haya pruebas o donde se alojen los deportistas.
El Gobierno de Brasil ha declarado el estado de emergencia sanitaria debido a la propagación del virus del Zika, una enfermedad que, en el caso de las embarazadas, se ha asociado a la transmisión de males congénitos a los fetos.
Desde el pasado octubre, se han detectado en el país cerca de 4.200 casos de niños nacidos con microcefalia, lo que se sospecha que ha sido provocado por el zika.
En los últimos meses el virus del Zika se ha expandido con notable velocidad por el continente americano, que según cálculos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) pudiera registrar entre 3 y 4 millones de casos de ese mal en un año.