Estos datos se confirman tras la encuesta realizada por el grupo Faro: ‘Una mirada al trabajo informal en Quito’ realizada en septiembre del 2020, en el cual se revela la difícil situación y precariedad de las condiciones de trabajo de este sector durante la pandemia. La encuesta, además, revela que apenas el 1% de los encuestados recibió el Bono de Desarrollo Humano y que solo el 5% de ellos han tenido acceso al Bono de Protección Familiar.
En este sentido, Ana Patricia Muñoz, directora ejecutiva del Grupo Faro, considera que el dato de la baja accesibilidad de estos sectores a los bonos demuestra que el programa puede tener problemas de diseño, implementación o de fondeo. Explicó que a su parecer, justamente en emergencia el sector informal es uno de los sectores más vulnerables a los cuales les debería haber beneficiado. Para Muñoz la reflexión sería que «hay mucho más por hacer» en este campo.
Entre los principales hallazgos de la encuesta, realizada a hombres y mujeres de entre 18 y 60 años, están que uno de cada cinco trabajadores informales cuentan con estudios superiores y muchos de ellos estaban antes empleados en el sector público. Esto significa que hay un capital humano que muy bien podría ser aprovechado en el sector formal. A estos trabajadores se les consultó cuáles eran las condiciones de trabajo, antes y después de la pandemia. Ellos respondieron que antes los ingresos eran bajos, en un promedio de $ 250 mensuales, pero ahora en la pandemia ese rubro se ha reducido a $ 145. Mientras que el número de horas de trabajo antes de la pandemia era de 47 horas y ahora se ha incrementado a 51 horas. En el informe Unicef estima que la tasa de pobreza aumentaría en el 10% en 2020, empujando a 1,8 millones de personas más a la pobreza. (I)
Nota Original: El Universo – LINK