Nuevas restricciones sanitarias entraron en vigor el miércoles en Israel, que el martes registró su mayor número de contagios desde enero pese a una gran campaña de vacunación contra el covid-19.
El gobierno restableció la obligación de mostrar el certificado de vacunación o test PCR negativo para ingresar a restaurantes, hoteles, museos y bibliotecas, y asistir a eventos culturales y deportivos.
Israel fue uno de los primeros países en lanzar una campaña de vacunación masiva a mediados de diciembre, en virtud de un acuerdo con Pfizer que entregó rápidamente millones de dosis a cambio de datos sobre el efecto y la efectividad de la vacuna en su población.
La campaña permitió bajar drásticamente el número de casos.
Sin embargo, en las últimas semanas los contagios volvieron a subir debido a la variante delta entre adultos no vacunados pero también en personas vacunadas hace más de seis meses.
Por esa razón, Israel comenzó a inyectar una tercera dosis de la vacuna en personas de 50 años o más, a pesar del llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a no hacerlo para que los países pobres dispongan de más vacunas.
El primer ministro israelí, Naftali Bennett, respondió que la administración de estas dosis de refuerzo en Israel, un país de nueve millones de habitantes, no afectaría a las reservas mundiales y más bien permitiría probar la eficacia de la tercera dosis.
Bennett advirtió que se podría imponer un nuevo confinamiento en septiembre, mes en el que se celebrarán varias fiestas judías, si la situación no mejora.
Fuente: AFP – EL UNIVERSO, nota original: LINK