El presidente Guillermo Lasso dijo el lunes que el Gobierno anterior había negociado incrementar los ingresos tributarios en unos USD 2 500 millones, pero que su administración ha hecho una mejor negociación, para que la meta no sea de esa magnitud. Este Diario conoció que ahora el esfuerzo será de entre USD 700 millones y 800 millones.
El Mandatario ha dado ya detalles de algunos lineamientos de esa reforma tributaria al señalar que buscará combatir la evasión de impuestos y “lo que es más justo”, que “los que más tengan más paguen y asuman el costo de la vacunación y la pandemia por el covid”. Descartó que esto último pase por un aumento de los impuestos a la renta o al valor agregado.
Este Diario conoció que se trataría de una contribución temporal, que para muchos es una especie de tributo temporal a los más ricos.
Pero el Presidente también ha señalado que eliminará el impuesto a la herencia. “El más modesto de los ecuatorianos es dueño de un terrenito, es dueño de una casa, es dueño de un barco pesquero, es dueño de una finca. ¿Y qué es lo que quiere? Que el esfuerzo de su vida llegue a sus hijos, no al Estado“, dijo.
El impuesto a las herencias se estableció en 1927 por medio de la Ley de Herencia, reformada en el 2008, cuando se modificó la tasa impositiva.
Ecuador está dentro de los siete países que más porcentaje de impuesto a la herencia cobra en el mundo, de acuerdo con un escalafón de PwC. Según el reporte, el porcentaje más alto que actualmente se cobra por ese tributo lo tiene Francia, con 60%.
En Ecuador, el tributo se grava a las herencias, legados y donaciones. Si un heredero o beneficiario recibe un monto a partir de USD 72 090,01 debe pagar un impuesto progresivo desde 5% y que llega hasta el 35%, cuando el monto recibido es superior a USD 865 113.
El aporte del impuesto representa apenas el 0,2% de la recaudación total del país. En el 2020, el Servicio de Rentas Internas (SRI) recaudó USD 24,37 millones por este impuesto, con lo cual se ubica entre los de menor recaudación.
El abogado Napoleón Santamaría consideró que aunque la recaudación es mínima, este tributo cumple con un objetivo de distribución de la riqueza, para que las personas que tienen más ingresos puedan contribuir al Estado, sobre todo cuando han recibido un patrimonio sin inversión directa.
Fuente: El Comercio, nota original: LINK