Antes del asalto al Congreso, cuando se certificaba la victoria del demócrata Joe Biden, Trump enardeció a sus seguidores con un discurso en el que reiteraba las falsas afirmaciones de que su derrota electoral en noviembre se debió a un fraude generalizado, una afirmación que sigue siendo rechazada por múltiples tribunales y funcionarios electorales estatales. Antes de la clausura total, la red social ya había dejado en suspenso la cuenta del presidente durante 12 horas tras los incidentes ocurridos en la sede del poder legislativo en Washington.
En la presentación judicial, Trump argumenta que Twitter permitía a los talibanes tuitear con regularidad sobre sus victorias militares en Afganistán, pero le censuró a él durante su presidencia etiquetando sus tuits como “información engañosa” o indicando que violaban las normas de la compañía contra la “glorificación de la violencia”.
El magnate neoyorquino ha presentado ahora en Florida una solicitud de medida cautelar contra Twitter argumentando que la compañía de medios sociales fue “coaccionada” por miembros del Congreso de Estados Unidos para suspender su cuenta. Para los abogados del republicano, Twitter “ejerce un grado de poder y control sobre el discurso político en este país que es inconmensurable, históricamente sin precedentes y profundamente peligroso para el debate democrático abierto”. Antes que Reuters, Bloomberg informó de la presentación de la querella.
La cuenta personal de Trump se convirtió en su gran herramienta de comunicación durante su mandato. En ella anunció algunas de sus decisiones más importantes, incluido el despido de miembros de su Gobierno como un jefe del Pentágono o un fiscal general, insultó a sus rivales políticos y denunció sin pruebas el supuesto fraude en las elecciones del pasado noviembre. Con un estilo directo y sin filtros, el presidente de EE UU se había convertido en una singular estrella de Twitter.
Cuando anunció su candidatura a la presidencia en 2015, Trump tenía 2,98 millones de seguidores. La cifra aumentó a 13 millones cuando ganó la elección en noviembre del 2016. Antes de ser cerrada en enero, al expresidente le seguían 88 millones de personas.
Fuente: El País – Nota Original: LINK