Kabul ha sido escenario a primera hora de la tarde de este domingo de un atentado junto a una mezquita que ha provocado varias víctimas mortales, según han informado los talibanes sin concretar el número de fallecidos ni heridos. Se trata del primer atentado en la capital afgana desde el perpetrado por el grupo terrorista Estado Islámico junto al aeropuerto el 26 de agosto, que dejó más de 170 muertos. Fuentes del Ministerio del Interior informaron a las agencias Efe y France Presse de dos muertos y tres heridos en la explosión.
El ataque, que hasta el momento no ha sido reivindicado, tuvo lugar en las inmediaciones de la mezquita Eidgah del centro de la capital, en coincidencia con la hora en la que las instalaciones acogían un acto en memoria de la madre del portavoz del Gobierno, Zabihullah Mujahid, fallecida hace unos días.
Nada más producirse la explosión, toda la zona fue acordonada. Los talibanes que custodiaban las calles que llevaban al lugar trataban visiblemente nerviosos de evacuar la zona de personas y de impedir que alguien se acercara. Por momentos llegaron incluso a apuntar a los reporteros que trataban de llevar a cabo su trabajo.
Varias de las víctimas fueron trasladadas al Hospital de Emergencia para Víctimas de Guerra de Kabul. En la puerta había un trasiego de talibanes que entraban y salían mientras los empleados obligaban a sus equipos de seguridad a dejar en el exterior del centro todas sus armas.
La propia cuenta de la red social Twitter en la que Mujahid confirmó el ataque había anunciado el sábado la celebración del acto en memoria de su madre en la mezquita Eidgah en la tarde de este domingo.
El jefe de la diplomacia europea, el español Josep Borrell, ha dicho este domingo desde Arabia Saudí que el comportamiento de régimen talibán no está siendo “muy alentador” y el colapso económico abriría las puertas a un mayor riesgo de ataques terroristas y otras amenazas, informa la agencia Reuters.
Las inmediaciones del aeropuerto de Kabul fueron escenario de una gran explosión en la tarde del pasado 26 de agosto. El lugar estaba tomado por miles de personas que trataban de buscar acomodo en algunos de los vuelos de evacuación que estaban fletando distintos países. En ese ataque murieron al menos 170 personas. Casi todo eran afganos que trataban de escapar de la llegada de los talibanes al poder. El ataque se llevó también la vida de 13 militares estadounidenses que se hallaban en una de las puertas del aeródromo en uno de los últimos días en Afganistán tras dos décadas de misión.
Desde entonces Kabul no había sido escenario de un ataque terrorista, aunque la violencia sigue muy presente en casi todo el país con constantes denuncias de ejecuciones extrajudiciales y redadas en las que los talibanes tratan de dar con personas que trabajaron con las tropas extranjeras o con el anterior gobierno.
En las últimas semanas el brazo regional del Estado Islámico, que ya se hizo responsable del ataque en el aeropuerto y que cuenta con células activas dentro de Afganistán, ha reivindicado distintos ataques con explosivos contra patrullas de talibanes, especialmente en la provincia de Nangarhar, en el este del país.
Fuente: El País – Nota Original: LINK