Medvédev, que mañana participará en Alemania en la Conferencia de Seguridad de Múnich, estimó que el envío de tropas a Siria se traduciría en una escalada del conflicto porque «cualquier operación terrestre, por regla general, conduce a guerras permanentes».
«Los americanos deben considerar, tanto el presidente de Estados Unidos como nuestros aliados árabes, si quieren o no una guerra permanente», manifestó.
Según señala el diario, Medvédev justificó los bombardeos rusos sobre Siria con el objetivo de evitar ataques terroristas en otras ciudades europeas.
A su juicio, los bombardeos aéreos son necesarios para evitar que «asesinos a los que se les ha lavado el cerebro» regresen a Europa y hagan «lo mismo que hicieron en el pasado en el Cáucaso Norte, en Moscú y en otras ciudades rusas, lo que hicieron en París y en todas las partes del mundo, incluido Estados Unidos».
El primer ministro ruso criticó también la política de refugiados europea, a su juicio «un total fracaso», y resaltó el riesgo de que pueda ser el origen de nuevos ataques terroristas en Europa.
En su opinión, es «tonto» abrir las fronteras a todos los solicitantes de asilo, porque entre ellos hay «cientos y posiblemente miles» que son «bombas de relojería y que cumplirán su misión como robots cuando se les diga».
Es «casi imposible» identificar a esas células terroristas entre las oleadas de refugiados, advirtió.
Por otro lado, reclamó el fin de las sanciones impuestas a Rusia por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos y señaló que esperan que los colegas europeas encuentren «el valor» de admitir que esas sanciones tienen que ser levantadas porque no han beneficiado ni a Europa ni a Rusia.
Para el primer ministro ruso, la ruptura del diálogo con Moscú tras la anexión de Crimea puede suponer el regreso a los días de la guerra fría.
«Podemos cerrar el telón y rechazar hablar el uno con el otro. Creo que sería un gran error político», añadió para abogar por una mayor cooperación entre Rusia y Occidente con el fin de combatir el terrorismo.