El papa Juan Pablo II mantuvo una estrecha amistad de más de 30 años con una filósofa estadounidense de origen polaco. La amistad comenzó en 1973, cuando Anna-Teresa Tymieniecka contactó con Karol Wojtyla, entonces arzobispo de Cracovia, por un libro de filosofía que este había escrito. Ambos decidieron encontrarse para discutir su trabajo y, poco después, comenzaron a escribirse. Un intercambio epistolar que duró años. Las cartas entre Wojtyla —elegido papa en 1978— y Tymieniecka se han mantenido lejos de la luz pública en la Biblioteca Nacional de Polonia durante años. Los documentos revelan, según un documental que emitirá este lunes la BBC, una cara distinta del Pontífice.
Las cartas de Wojtyla eran, al principio, más bien formales pero a medida que su amistad con Tymieniecka —casada desde 1956 y con tres hijos— se fue haciendo más estrecha, las misivas se fueron volviendo más íntimas. En ellas, no obstante, no hay ninguna evidencia de que el Papa rompiera sus votos de celibato, precisa la BBC. Wojtyla y Tymieniecka trabajaron conjuntamente en una versión ampliada de la obra del arzobispo de Cracovia, que finalmente se publicó en 1979, un año después de que él fuera elegido papa; tenía 58 años y se transformó en el pontífice más joven del siglo XX. Se reunieron muchas veces. A veces con sus secretarias presentes; otras veces a solas. Y siguieron escribiéndose.
La amistad entre la filósofa y el pontífice, que murió en 2005, no era desconocida. Él la visitó en Estados Unidos en 1976, cuando asistió a una conferencia católica. Ella también le visitó muchas veces en el Vaticano. Algunas fotografías que nunca se habían difundido les muestran juntos. Compartieron varios viajes por el campo y vacaciones de esquí ; ella le visitó varias veces en el Vaticano. Y él, describe a Tymieniecka como un “regalo de Dios”.
Sin embargo, las cartas de Juan Pablo II sugieren que la mujer parecía mostrar intensos sentimientos por él. En una de esas misivas, fechada septiembre de 1976, el pontífice escribe: «Mi querida Teresa, he recibido las tres cartas. Escribes sobre sentirte desgarrada, pero no puedo encontrar ninguna respuesta a esas palabras”. Las cartas de la filósofa estadounidense, que murió en 2014, sólo unos meses después de que Juan Pablo II fuera canonizado, no se han revelado.
Wojtyla regaló a Tymieniecka una de sus posesiones más preciadas, un escapulario. En una carta de diciembre de 1976 le explica el significado del obsequio: “Desde el año pasado estoy buscando una respuesta a tus palabras ‘Te pertenezco’, y finalmente, antes de dejar Polonia he encontrado la forma, un escapulario. La dimensión en la que acepto y te siento en todas partes y situaciones, cuando estás cerca y cuando estás lejos.