Durante una rueda de prensa en la que no pudo contener el llanto, Chapetón declaró 30 días de luto y apuntó entre los promotores de los disturbios a dos exfuncionarios que trabajaban para el anterior alcalde, Edgar Patana, que pertenecía al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del presidente Evo Morales.
Patana se encuentra en la actualidad en prisión mientras se investigan supuestos cargos de corrupción durante su etapa en la Alcaldía de El Alto, la segunda ciudad más poblada de Bolivia.
«Han utilizado a los padres de familia para ese objetivo, para poder eliminar y quemar todas las evidencias que había en contra de los manipuleos y los actos de corrupción» de la anterior gestión, sostuvo Chapetón, flanqueada en su comparecencia por el obispo de El Alto, Eugenio Scarpellini.
Indicó que, entre los participantes en los disturbios, se ha identificado al exsecretario financiero de la Alcaldía Henry Alcón y a la exdirectora de Género Nelly Mamani, y también a familiares del dirigente sindical Braulio Rocha, afín al Gobierno de Evo Morales.
La alcaldesa sostuvo que los manifestantes «han destrozado toda la documentación del municipio de El Alto», pero que continuará su labor «con fuerza» porque la población avala su gestión y «no quiere corrupción».
Chapetón, además, se mostró indignada por las acusaciones del viceministro de Régimen Interior, Marcelo Elío, quien en declaraciones a la radio estatal culpó de lo ocurrido a funcionarios de la Alcaldía, a quienes acusó de haber provocado un «autoatentado» mediante «infiltrados» en la marcha.
Chapetón negó la tesis de Elío y responsabilizó al Gobierno y a la Policía que, según dijo, «irresponsablemente no ha acudido a tiempo para poder resguardar estas vidas» pese a que el municipio pidió seguridad para el edificio antes de las protestas.
«Queremos manifestar nuestro dolor e impotencia ante las declaraciones irresponsables, que rechazamos, por parte del Gobierno. Es imposible pensar en un autoatentado, más bien se tiene que buscar a los culpables de este hecho, a aquellas personas que han atentado contra las vidas de funcionarios públicos de esta gestión», dijo.
Numerosos testigos presenciales han criticado la tardanza en intervenir de la Policía y los bomberos, a pesar de que contaban con agentes en las inmediaciones del edificio edil.
Con alrededor de 850.000 habitantes, El Alto es la segunda ciudad más poblada de Bolivia y fue hasta las elecciones municipales de 2015 uno de los bastiones políticos de Evo Morales.
En esos comicios, el oficialista Patana buscó la reelección pero perdió la Alcaldía alteña ante Chapetón, de la fuerza opositora Unidad Nacional (UN).
La manifestación de hoy fue convocada por un grupo de padres de familia que reclamaba mayor atención y presupuesto para las escuelas de El Alto, pero luego la protesta derivó en actos vandálicos.
Una turba rebasó a los guardias municipales que custodiaban el edificio e ingresó por la fuerza para saquearlo y quemarlo, según el reporte de medios locales.
Los funcionarios que estaban dentro de la Alcaldía tuvieron que romper vidrios para evitar la asfixia e incluso algunos escaparon por las ventanas y los techos colindantes.