Para que un planeta sea considerado habitable, su atmósfera debe ser rica en carbono, este es un componente básico para poder albergar vida. Se pensaba que el planeta “GJ 152b” era el más opcionado; sin embargo, tras el estudio se encontró que sus temperaturas alcanzaban los 1.228 °C.
Antes de este descubrimiento, el telescopio espacial “Spitzer” se fijó en este planeta, y se esperaba que se encontrara una burbuja gaseosa que lo proteja. Los datos obtenidos mostraron lo contrario.
Pese a esto, científicos revelaron que el telescopio “James Webb”, el más potente en la actualidad, analizará el sistema “Trappistt 1”, que cuenta con varios planetas rocosos a su alrededor. Confesaron que la esperanza en descubrir si existe una atmósfera habitable todavía se mantiene.
Debido a la extensión del universo, todavía quedan muchos lugares para explorar. Existen 1.000 estrellas similares al sol, por lo que la expectativa en encontrar vida en otros planetas, por más que hoy se ve lejana, no es inexistente.
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