Esta prohibición tiene como objetivo evitar que las generaciones futuras empiecen a fumar y es parte de un impulso del gobierno para lograr que Nueva Zelanda sea un país “libre de humo” para el año 2025.
La nueva ley también reducirá el número de minoristas con licencia para vender tabaco, de 6.000 a 600 para fines de 2023.
En caso de cumplir con la normativa, las multas serían de hasta US$ 96.000.
“Miles de personas vivirán vidas más largas y saludables y el sistema de salud tendrá una mejora de $5.000 millones al no tener que atender las enfermedades causadas por fumar, como numerosos tipos de cáncer, ataques cardíacos, derrames cerebrales, amputaciones”, anunció la ministra de Salud, Ayesha Verrall, en un comunicado.
Las tasas de tabaquismo en Nueva Zelanda, que ya se encuentran entre las más bajas del mundo, han disminuido del 9,4% al 8 % en los últimos 12 meses, según la autoridad sanitaria de ese país.
Verrall dijo que la legislación ayudaría a cerrar la brecha en la esperanza de vida entre los ciudadanos maoríes y no maoríes, que puede llegar al 25% para las mujeres.
Según el Ministerio de Salud, la tasa de tabaquismo de Nueva Zelanda es ahora la más baja desde que comenzaron los registros, con 56.000 fumadores que dejaron de consumir tabaco el año pasado.
Sin embargo, el vapeo, que la nueva legislación no cubre, sigue siendo popular entre los jóvenes neozelandeses. Los datos oficiales muestran que el 8,3% de los adultos ahora vapean a diario, frente al 6,2% del año pasado.
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