Los uniformados consultados denuncian un presunto mal uso del dinero público dentro del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas. El Issfa registró un faltante de $ 30 millones en 2015

Ecuador se convirtió en el primer país latinoamericano en dotar a sus Fuerzas Armadas (FF.AA.) con un sistema de seguridad social, logrando un hito para la institución militar, obra de la Revolución Juliana (1925-1931 ). Durante el gobierno de Isidro Ayora (1929-1931) se reformó el Estado con la creación de varias leyes de carácter económico y social, entre ellas, las de jubilación, montepío civil, ahorro y cooperativa, las cuales sirvieron de base para la creación de un sistema de seguridad social ecuatoriana y de retiro militar que se fortaleció con la Ley de Pensiones de las FF.AA., promulgada el 2 de marzo de 1939, año que inició la Segunda Guerra Mundial.

Unos 18 años después se crea la Caja Militar como ente independiente, administrada por la caja de pensiones para el pago por concepto de retiro, invalidez, montepío y mortuoria a favor del personal militar retirado. Finalmente, el 7 de agosto de 1992, tres días antes de finalizar el gobierno de Rodrigo Borja, se creó el Instituto de Seguridad Social, propio de la institución militar (Issfa). Dicho organismo es “autónomo, con finalidad social, personería jurídica, patrimonio propio, domiciliado en la ciudad de Quito, y no está sujeto a la intervención de la Contraloría General del Estado”, se lee en el artículo 1 de la normativa.

El patrimonio del Issfa está constituido -según el artículo 4- por, además de las aportaciones de los pensionistas, las contribuciones del Ministerio de Defensa Nacional (aporte patronal), las asignaciones anuales que constan en el Presupuesto General del Estado y la Caja Militar, que también es financiada por el Estado, tal cual consta en la Ley de Pensiones de las FF.AA. Es decir, el Estado aportaría más del 60% por concepto de subsidio a esas pensiones de las que son beneficiarios el militar, su familia o los derechohabientes.

Además de los ya mencionados, el Issfa proporciona a sus afiliados las siguientes prestaciones: el seguro de salud, accidentes profesionales, fondo de vivienda, póliza de seguro, préstamos hipotecarios y quirografarios, entre otros. Los militares de la tropa en servicio pasivo consultados por este diario no se muestran conformes con la aparente desigualdad en el trato que reciben, tanto en su vida militar activa como cuando se retiran, en comparación con la de los oficiales de las FF.AA.

Los beneficios varían “Alguna vez el presidente (Rafael Correa) dijo que nos servíamos los alimentos en vajilla de aluminio y los oficiales en loza. Nosotros hacíamos cola para coger el rancho y a ellos (oficiales) les servían los saloneros en comedores”, cuestionó Alejandro Pérez, suboficial terrestre retirado con 21 años de servicio. Así como Pérez, el vicepresidente de la Confederación de Militares en Servicio Pasivo y presidente de la Asociación de Combatientes del Cenepa, Pablo Terán, denunció los presuntos altos viáticos que reciben los oficiales y los reconocimientos que se les otorga cuando, por ejemplo, ascienden de mayor a teniente coronel en la Academia de Guerra.

“¿De dónde sale todo este dinero, si son como 200 graduados y, de lo que tengo conocimiento, cada uno de ellos y su cónyuge tienen 1 mes de estadía por 6 países de Europa? Y no es solo para el Ejército, sino también para la Marina, Aviación y Policía”, manifestó Terán.