La Oficina Meteorológica de Islandia (IMO) advirtió que la inestabilidad volcánica que enfrenta la península suroccidental donde queda Grindavík, se podría extender por décadas.
Los constantes movimientos telúricos y el temor a una erupción inminente provocaron la evacuación completa del pueblo.
Las erupciones en la península de Reykjanes comenzaron nuevamente en 2021, lo cual puede suponer un nuevo «ciclo eruptivo», según Matthew Roberts, de la Oficina Meteorológica, quien además, indicó que este es un fenómeno sin precedentes en tiempos modernos.
En caso de erupción, la infraestructura de la zona podría sufrir daños considerables y se liberarían gases tóxicos.
Islandia está acostumbrada a la actividad volcánica porque se asienta sobre la Dorsal Mesoatlántica, donde las placas euroasiática y norteamericana se separan entre sí unos centímetros cada año. Sin embargo, este tipo de evacuación de una comunidad entera no se había producido en 50 años.
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