Al descubierto quedó en Colombia una “red criminal dedicada al tráfico de migrantes”. A través de esta organización -que aplicaba dos vías para traficar con extranjeros- podían “convertir a un migrante ilegal en un colombiano más, en un indígena con los derechos propios de la nacionalidad”.
El negocio se les cayó cuando un agente logró infiltrarse, reseñó Semana. Al desmantelar la red quedaron detenidas 24 personas, informó la Fiscalía colombiana.
El organismo precisó que en la investigación participaron personal del CTI (Cuerpo Técnico de Investigación Criminal y Judicial), la Armada Nacional, el Ejército Nacional y la Fuerza Aeroespacial Colombiana, con apoyo de la agencia HSI–ICE de la Embajada de Estados Unidos.
Los presuntos integrantes de la organización criminal fueron arrestados en operativos desplegados “en San Andrés Islas, Cartagena (Bolívar), Santa Marta (Magdalena), Maicao (La Guajira), Bucaramanga (Santander), Coveñas (Sucre) y Necoclí (Antioquia)”.
El delito de la red de tráfico de migrantes en Colombia
La red se hacía llamar La Agencia a Agencia y se afirma que “captaba migrantes irregulares de distintas nacionalidades para hacer tránsito en Colombia y ofrecer distintas formas de continuar su recorrido hacia los Estados Unidos”. Curiosos detalles captaron la atención de los investigadores del CTI.
“Varios migrantes, sorprendidos por las autoridades en su paso por Colombia, se presentaban con documentos que los acreditaban como nacionales, a pesar de que ni siquiera hablaban español”, informó Semana.
Algunos incluso extranjeros “tenían cédulas que los convertían en ciudadanos indígenas y así transitaban por Maicao o Barranquilla, y abordaban vuelos”.
Cómo operaba la red de tráfico de migrantes en Colombia
El agente encubierto fue clave para desenmascarar a quienes estaban detrás de esta red. Se detectó que contaban con la ayuda de funcionarios de la Registraduría y de Migración.
Una mujer, en Maicao, movía los hilos de esta ilegalidad. A través de WhatsApp, esa mujer “era la encargada de pedir los datos y fotos de los migrantes que esperaban convertirse en colombianos”.
El extranjero estaba consciente de que debía pagar algunos millones de pesos.
La mujer contactaba, de acuerdo con la investigación, a funcionarios corruptos en la Registraduría y Migración, y con los registros en estas entidades expedían los documentos con una nueva foto.
Enfatiza Semana que el mismo agente infiltrado pagó y consiguió, en cuestión de minutos, el documento que le otorgaba un estatus temporal para transitar sin problemas por el país.
No hubo necesidad –destacó la investigación- de que hicieran revisión de antecedentes, de órdenes de captura.
Era grave la irregularidad: sin siquiera tener los datos reales, solo se inventó un nombre y compartió la foto.
Lo demás lo hizo el poder del dinero. Pagando era posible convertirse en un indígena colombiano. Con los datos numéricos de los indígenas en La Guajira, era posible acceder al documento de identificación, detectó el investigador encubierto.
Quienes hacían filas en “La Agencia” tenían sus papeles definidos: “un grupo sería el encargado de obtener documentos como certificaciones de estudio, historiales crediticios y títulos de propiedad de bienes inmuebles. Así les creaban perfiles familiares y socioeconómicos falsos a nacionales y extranjeros que buscaban la expedición de visas”.
Ilícito todo
La otra maniobra ilícita, detalló la Fiscalía, consistía en ofrecerles a los migrantes a los que les negaban la visa salir de Colombia por vía terrestre o marítima rumbo a Centroamérica, y entrar a Estados Unidos por pasos no autorizados.
Para este propósito, supuestamente, les proveían a los ciudadanos alojamiento, alimentación y transporte hasta la región del Urabá, donde finalmente cruzaban el ‘Tapón del Darién’ para seguir a Norteamérica.
En otras oportunidades, “trasladaban a los interesados desde diferentes aeropuertos a San Andrés Islas y allí abordaban embarcaciones que partían hacia las costas de Nicaragua”.
La Fiscalía informó que “las personas que salían (de esa manera) eran esperadas en México y con la ayuda de un agente de migración de ese país, conocido con el alias de Mario, quedaban a disposición de los coyotes que los movían irregularmente y los ponían en territorio estadounidense”.
Desmantelada la red
Con las pruebas se pudo desarticular la red y cayeron detenidas 24 personas. Por el delito de tráfico de migrantes arrestaron a un funcionario de Migración Colombia, quien desde el municipio de Capurganá se encargaba de hacer los ofrecimientos ilegales”.
También aprehendieron, amplía la citada publicación, “funcionarios de la Armada de Colombia” y la investigación no termina hasta tanto esclarecer el rol de ciertos trabajadores de la Registraduría”.
Entre los aprehendidos, dijo Fiscalía, están tres mujeres “quienes serían las encargadas de contactar nacionales y extranjeros en Bogotá, Bucaramanga (Santander), Cúcuta (Norte de Santander), Medellín (Antioquia), Cali (Valle del Cauca), Barranquilla (Atlántico) y Cartagena (Bolívar); y conseguirles la documentación falsa para tramitar las visas”.
También cayó detenido alias “Patrón”, de quien se cree es el cabecilla del grupo responsable de la captación, transporte y envío de los migrantes por pasos irregulares. Este hombre tendría vínculos con lancheros y propietarios de hoteles, hostales y restaurantes.
De los funcionarios de la Armada, envueltos en esta red, se investiga que omitían los controles de navegación marítima. Alertaban, además, a la red criminal sobre la ubicación de los buques de la Armada Nacional, para facilitar el tránsito de las embarcaciones con los migrantes. Estas actuaciones ilegales estaban condicionadas al pago de dádivas que oscilaban entre los 3 y 10 millones de pesos (entre 700 y más de 2.300 dólares).
Con información de Semana y Fiscalía de Colombia
Nota original: El Universo