«El FBI está al tanto de la situación y trabaja con las autoridades locales», dijo la funcionaria de Asuntos Públicos del FBI, Vikki Migoya, en un comunicado proporcionado a CNN este lunes. «Continuaremos enérgicamente con las investigaciones de cualquier amenaza o uso de violencia cometido por alguien que utilice puntos de vista extremistas para justificar sus acciones, independientemente de su motivación», añadió la declaración.
Un portavoz del Poder Judicial de Colorado se abstuvo de comentar sobre los reportes de amenazas a los jueces. El policía Gary Cutler, portavoz de la Patrulla Estatal de Colorado, dijo que cualquier amenaza contra los jueces la manejarían las autoridades locales.
El Departamento de Policía de Denver dijo que las fuerzas policiales acudieron a la residencia de un juez el jueves por la noche «por lo que parece ser un informe falso». “Revisamos todo y seguimos investigando este informe. Debido a consideraciones de seguridad y privacidad, y a la investigación en curso, no podemos proporcionar ninguna información adicional en este momento”, dijo el departamento en un comunicado.
Además de la respuesta federal, funcionarios policiales a nivel estatal y local, así como grupos de investigación no gubernamentales, han vigilado la retórica en foros extremistas en línea en busca de señales de que esta podría traducirse en amenazas tangibles a funcionarios públicos.
Los nombres de los cuatro jueces de la Corte Suprema de Colorado que decidieron retirar a Trump de las elecciones estatales han aparecido con frecuencia en publicaciones «incendiarias» en dichos foros, con llamados a exponer los datos personales de los jueces, según un análisis de las conversaciones en línea que preparó una organización de investigación no partidista para las agencias policiales de EE.UU. y a la que CNN tuvo acceso.
Si bien el análisis no encontró amenazas específicas contra los jueces, destacó que “sigue existiendo un riesgo de violencia por parte de un actor solitario o de grupos pequeños u otras actividades ilegales en respuesta al fallo”.
Un usuario de un sitio web de extrema derecha a favor de Trump publicó: “Todas las malditas ratas vestidas deben ser colgadas”, en aparente referencia a los jueces de Colorado.
Las publicaciones hacen eco de un patrón de actividad en línea observado después de las acusaciones federales previas contra Trump: llamados vagos a una guerra civil y un lenguaje inquietantemente violento, pero poco en cuanto a planes específicos para actuar ante esas amenazas.
En una decisión sin precedentes la semana pasada, la Corte Suprema de Colorado dictaminó 4-3 que Trump no es un candidato presidencial elegible debido a la “prohibición insurreccional” de la Enmienda 14 y, por lo tanto, no puede estar en la boleta electoral del estado cuando los votantes acudan a las primarias republicanas programadas allí el 5 de marzo. El fallo quedará en suspenso hasta el 4 de enero, a la espera de la apelación de Trump ante la Corte Suprema de Estados Unidos, que podría decidir sobre la cuestión para todo el país.
El propio Trump ha atacado verbalmente a algunos de sus adversarios en la sala del tribunal en un caso diferente, y se le prohibió hablar tanto de los testigos como de los fiscales, el personal del tribunal y sus familiares.
CNN informó a principios de este mes sobre el aumento de amenazas dirigidas a funcionarios públicos este año, incluida una reciente ráfaga de amenazas contra algunos reticentes del Partido Republicano en el intento fallido de otorgar al representante de extrema derecha Jim Jordan la presidencia de la Cámara de Representantes, otra en torno a las acusaciones de Trump, y otra dirigido a la congresista progresista Ilhan Omar –quien ha sido históricamente crítica del trato que Israel da a los palestinos– tras el estallido de la guerra entre Hamas e Israel.
Los funcionarios federales policiales han sido cautelosos de que los tome por sorpresa la posibilidad de que la retórica en línea se traduzca en violencia en el mundo real desde la insurrección en el Capitolio del 6 de enero de 2021, que dejó varias personas muertas. Antes de la insurrección, los agitadores “básicamente planearon [el ataque] a plena vista en las redes sociales”, pero el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional no lograron sofocar la amenaza, según un informe del Senado publicado en junio.
Nota original: CNN