El vicepresidente de Facebook para América Latina, Diego Dzodan, ha salido de prisión apenas un día después de ser detenido en São Paulo. Un tribunal ha revocado la orden de cárcel del ejecutivo, que entró en prisión el martes por orden de un juez de la ciudad de Lagarto (Estado de Sergipe, al noroeste del país). El magistrado acusó a Dzodan de negarse reiteradamente a revelar mensajes intercambiados en la aplicación de mensajería WhatsApp, propiedad de Facebook desde 2014. Según las autoridades, las conversaciones que requería la Policía Federal eran pruebas esenciales en una investigación sobre crimen organizado y tráfico de drogas.
En la decisión del miércoles, el juez asegura que Dzodan -el cargo más alto de Facebook en América Latina- fue coaccionado para revelar los mensajes, subraya que no existen pruebas de que el ejecutivo “haya actuado con predisposición de obstaculizar o impedir las investigaciones” y califica de precipitada su prisión preventiva en un Centro de Detención Provisional en São Paulo.
Según el juez que ordenó la prisión, la compañía fue multada, primero, con 50 000 reales (unos 13 000 dólares) por resistirse a aportar los mensajes como pruebas, pero la sanción aumentó a un millón de reales porque la compañía nunca respondió. El último paso fue la prisión del ejecutivo, efectuada el martes.
Facebook argumenta que, aunque Whatsapp le pertenece, la aplicación de intercambio de mensajes opera de forma separada. Este miércoles publicó un comunicado celebrando la decisión. «Detener a una persona que no tiene ninguna relación con una investigación en marcha es una medida arbitraria y nos preocupan los efectos de esa decisión para las personas y la innovación en Brasil”, reza el texto. Whatsapp, por su parte, asegura que no almacena la información de los usuarios y asegura que está trabajando para mejorar la encriptación de los mensajes con el objetivo de «protegerlos de criminales virtuales». O sea, según los responsables de la empresa, nadie, ni siquiera ellos, pueden interceptar el intercambio de mensajes. “La policía detuvo alguien a causa de informaciones que no existen”, concluye.
WhatsApp ya tuvo problemas legales en el pasado en Brasil. En diciembre del año pasado, la aplicación estuvo casi 13 horas bloqueada por orden de un juez del municipio de São Bernardo do Campo, en el Estado de São Paulo. Como el proceso judicial está bajo secreto de sumario, las autoridades no pueden confirmar el motivo, pero en aquella época la prensa brasileña difundió que se trataba de una investigación sobre tráfico de drogas.
Ante este tipo de decisiones judiciales en Brasil, los gigantes de la tecnología suelen alegar que solo están sometidas a las leyes de Estados Unidos, donde muchas multinacionales tienen sus sedes. Cuando la justicia brasileña bloqueó WhatsApp, el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, afirmó en un comunicado que era “un día triste para Brasil, que era, hasta ahora, un importante aliado en la creación de una Internet abierta”.