Para Carrillo, el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI) es un “sistema colapsado”, que, desde su origen, partió con errores que le impiden tener el control total de los establecimientos carcelarios a escala nacional.
Explicó que, para que exista un óptimo funcionamiento, es necesario el perfeccionamiento de estrategias para regular la presencia de internos en los centros penitenciarios, y sus “comodidades”.
Entre estas, consideró la existencia de conexión de internet dentro de las celdas. A su criterio, el Estado debe acordar con la empresa operadora del servicio que sea la responsable de inhibir la señal proveniente de las cárceles.
Otra de las propuestas, según Carrillo, es clasificar a las personas privadas de la libertad de acuerdo a su nivel de peligrosidad, para fijar una diferenciación en las tácticas aplicadas por el personal del SNAI para su seguridad.
Equipamiento Fuerzas del Orden
Por otro lado, se refirió a la entrega de fusiles y vehículos blindados por parte del Gobierno, y destacó su importancia para enfrentar a organizaciones criminales. No obstante, consideró que, en ese contexto, “la Fuerza Pública no podrá sola” con el control de las cárceles.
Además, hizo un llamado a plantear soluciones integrales, más allá de actos disuasivos, que permitan garantizar la seguridad en la población, y elevar los filtros de centros penitenciarios.
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