La propuesta para reformar el artículo 5 de la Constitución para permitir la presencia de bases militares extranjeras en el país está ahora en manos de la Corte Constitucional.
El organismo será el encargado de determinar si este planteamiento se resuelve mediante una reforma parcial, o vía enmienda constitucional.
En caso de aprobarse el segundo escenario, en febrero estaría listo el referendo para la votación de la ciudadanía, así lo indicó el abogado y analista político, Roberto Calderón.
Para analizar la iniciativa del Gobierno, la Corte tendrá 30 días y, por motivos de presupuesto y economía procesal, es posible que el referendo sea incluido dentro de las elecciones generales del 2025.
Sin embargo, consideró que, al existir una cercanía entre los plazos y los procesos electorales en curso, la propuesta tendría un interés político.
“Esto puede poner contra las cuerdas a la Revolución Ciudadana, porque si quieren seguir abanderando la soberanía y el patriotismo, se va a hacer un framing en que están en favor de organizaciones delictivas”, dijo.
Además, consideró que el planteamiento del Ejecutivo debe pasar por la Asamblea, la cual cuenta con 90 días para debatir, en dos ocasiones, sobre la implementación de la reforma.
Esto, luego de la elaboración de un informe que podrá ser formulado dentro de la Comisión de Soberanía del Estado, o en una mesa legislativa ocasional especializada.
“Al Estado le cuesta tener presencia y control en ciertas regiones del país. Donde usted no puede evitar que salga droga, no está ejerciendo soberanía”, cuestionó.
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La base de Manta, ¿sirvió realmente?
Para el exministro de Gobierno y exembajador, Mauricio Gándara, los planteamientos en torno a la basa estadounidense en Manta, deben analizarse en el contexto país.
Puntualizó que, si bien en años anteriores esta no tuvo una eficiencia considerable, existen motivos de urgencia en la actualidad para su implementación.
Gándara recordó que, durante la operación de la base militar, 400 soldados extranjeros residían en la instalación, sin embargo, sus funciones se limitaban a asistir a Colombia en el combate contra el narcotráfico.
Por ello, consideró necesario el regreso de bases militares de otros países, ante un “fracaso” de las Fuerzas del Orden nacionales por controlar la expansión de organizaciones criminales.
“Las cosas deben resolverse según el tiempo y las circunstancias, y las circunstancias han cambiado”, enfatizó.
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