Desde hace 11 años y 7 meses, Alexandra Córdova busca a su hijo David Romo. El joven, que para mayo del 2013 tenía 20 años, desapareció en Quito luego de un día normal al salir de la Universidad Central. Estudiaba en la Facultad de Comunicación, y fue pasadas las 21h00 cuando Alexandra habló por última vez con su hijo vía telefónica.
Para Alexandra, la búsqueda por conocer el paradero de su hijo ha sido incesante, algo que la expuso a las falencias del Estado por tratar casos de desaparición. Consideró que, desde agentes de la Policía y Fiscalía, existe cierta tendencia por desviar la atención y tapar los hechos.
Ahora, tras la desaparición de los cuatro menores en Guayaquil durante una intervención militar, Alexandra identificó ciertas similitudes con su caso. Indicó que, en esta investigación, se dio un encubrimiento similar a la situación al tratarse de agentes estatales, al mismo tiempo que se ha pretendido desprestigiar a las víctimas.
“Lo que hemos visto en el caso de los niños es lo mismo que se repite en el caso de David. Mismo encubrimiento, desvío de información, desprestigio a la víctima y crear teorías aberrantes”, sostuvo.
La madre de David Romo cuestionó que, desde la Policía y la Fiscalía, no existan mecanismos especializados en materia de Derechos Humanos para evitar la revictimización de los familiares o las propias víctimas. Criticó que, las mismas instituciones cuyas filas se han visto afectadas por este tipo de casos, sean las mismas que lideren las investigaciones.
Por ello, destacó la importancia de contar con organismos independientes a instituciones del Estado para llevar a cabo este tipo de investigaciones. Esto, con el fin de evitar el denominado espíritu de cuerpo y el encubrimiento de sus pares, en el caso de la Fiscalía, la Policía y las Fuerzas Armadas.
“El momento que usted no diga, no exija o no reclame, y no visibilice que su familiar está desaparecido, no hacen absolutamente nada”, dijo.
La revictimización
Alexandra Córdova recuerda cómo desde hace 11 años, fue citada varias veces para acudir a centros forenses para identificar el cuerpo de su hijo, quien, según fuentes policiales, fue asesinado e incinerado hasta el punto de quedar en cenizas. Sin embargo, en ninguno de los llamados se trató de David Romo.
“La Fiscalía no ha emprendido una acción efectiva contra los agentes estatales para que me digan dónde está mi hijo”, dijo, al considerar que las múltiples veces que fue convocada a acompañar a los agentes de la investigación, se revictimizaba su situación.
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