La canciller alemana, Angela Merkel, expresó hoy su deseo de que los líderes europeos avancen un «buen paso» hacia una solución en la crisis de refugiados, que incluye reducir los flujos de inmigrantes irregulares en todos los países y no solo en unos pocos mediante medidas unilaterales.
«Esta cumbre es de las importantes, y espero avanzar un buen paso», recalcó la canciller, para quien el plan de acción con Turquía es «clave» para hacer frente a la crisis de refugiados porque supone mejorar las condiciones de vida de las personas en la cercanía de sus países de origen y reducir el flujo de llegadas.
Ello supone luchar contra las raíces de los problemas y conseguir que «el número de inmigrantes irregulares se reduzca no solo para unos pocos países a través de medidas unilaterales, sino para todos, es decir para Grecia también», recalcó Merkel, quien abogó por una «solución sostenible» en la protección de las fronteras externas.
«Eso solo lo podemos hacer en cooperación con Turquía», recalcó, al tiempo que enumeró como tercer pilar del plan con Ankara la lucha contra los traficantes de inmigrantes.
«Espero que en la consecución de estos objetivos demos hoy un paso, pero habrá difíciles negociaciones», advirtió Merkel.
Tras su cita con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, los líderes de la UE pretenden dejar hoy claro en su reunión a veintiocho que la ruta de los Balcanes «está ahora cerrada».
El canciller federal de Austria, Werner Faymann, abogó por emplear un lenguaje claro en la declaración, en lo que entiende como un mensaje a los inmigrantes y a los traficantes de que la ruta de los Balcanes «está cerrada y cualquier otra también».
Viena, dijo, está a favor de un reparto ordenado y también por hablar con Turquía, pero advirtió de que solo se verá en un futuro si los acuerdos con Ankara funcionan y perduran.
«Todo resultado es bienvenido, pero no podemos depender de Turquía y uno debe poder proteger las fronteras por sí mismo y la UE ser capaz de proteger sus fronteras», recalcó.
«Con el vecino es más fácil, pero sin él también debe de poder hacerse», indicó Faymann.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, al frente este semestre de la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, se dijo «moderadamente optimista» sobre que los países logren hoy progresos.
Rutte, que se reunió anoche con Merkel y Davutoglu en Bruselas para preparar la cumbre de hoy, consideró que el «alivio» que puede proporcionar Turquía al mantener a los refugiados en su territorio permitirá que lleguen «cifras mucho más bajas» a Europa.
«Los turcos tienen también que estar preparados para la devolución de los inmigrantes no sirios que no tienen derecho a asilo en Europa», señaló.
El primer ministro estonio, Taavi Roivas, dijo que los líderes afrontan hoy «tres tareas muy importantes mientras se cierra la ruta de los Balcanes», y confió en «ver progresos» en las tres.
Se refirió a «mejorar la cooperación con Turquía en nuestras fronteras comunes y el retorno de las personas que no están en necesidad de protección»; también a «acelerar el apoyo a Grecia para hacer frente a la situación humanitaria» y a «restaurar la confianza en Schengen y la supresión ordenada» de los controles internos.
Por su parte, el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, subrayó la necesidad de una «solución europea» en áreas como el derecho laboral, la reagrupación familiar o las ayudas a los inmigrantes, ya que «ahora cada uno decide de manera diferente», en lo que parece «un dumping anti-inmigración», en el que cada uno aplica sus reglas.
«Espero que tengamos reglas comunes en los Veintiocho, hace falta una política de inmigración», señaló.