Reinoso explicó que el campo petrolero Sacha ha generado 1.700 millones de dólares en ingresos en los últimos tres años, lo que es fundamental para el presupuesto estatal. Agregó que concesionar el campo en este momento podría traer pérdidas económicas, ya que podría comprometer la rentabilidad y sostenibilidad de la producción. En este sentido, enfatizó que el Gobierno podría estar tomando decisiones a corto plazo sin considerar las consecuencias a largo plazo.
Además, destacó que el contrato de participación debería haber trasladado el riesgo al sector privado. Sin embargo, en este caso, el Estado asumiría parte del riesgo de las inversiones, lo que contradice la intención original de un contrato de participación.
La exgerente de Petroecuador también señaló que las estimaciones de inversión para nuevos proyectos parecían infladas y poco realistas. Asimismo, cuestionó que con esta concesión no se crearían empleos, sino que se perderían, ya que los trabajadores actuales perderían antigüedad y condiciones laborales al pasar a la operación privada.
Finalmente, concluyó que la concesión de Sacha podría haber sido un «tiro al pie» para la gestión del presidente Noboa, afectando su capacidad para cumplir con compromisos sociales. Enfatizó la necesidad de una gestión adecuada y no de experimentos a corto plazo en el sector estratégico de la energía.
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