Una nueva Constitución es “absolutamente innecesaria”, dijo el abogado constitucionalista, Miguel Molina, ante la insistencia del presidente Daniel Noboa por convocar una Asamblea Constituyente. Recordó que, a lo largo de la historia, el país ha tenido 20 Cartas Magnas, con un promedio de duración de 9.5 años de vigencia cada una.
Según Molina, esta propuesta no solucionaría los problemas estructurales del país, que recaen sobre el aspecto de seguridad, economía y energía. Por ello, consideró que la iniciativa del actual Mandatario corresponde a un “capricho” que impediría una planificación a largo plazo en un modelo de país. Esto, debido a que la estructura estatal como la conocemos, se modificaría en caso de aprobarse una nueva Constitución.
Para el sociólogo y articulista, Juan Cuvi, las Constituciones se han convertido en un “fetichismo jurídico”, al pensar que las leyes por sí solas cambian la realidad del país. Adelantó que, en el caso de una nueva Carta Magna planteada por el actual Gobierno serían previsibles las modificaciones propuestas por el Ejecutivo. Esto, luego de que las dos preguntas de la consulta popular no aprobadas fueron la del trabajo por horas y la implementación de arbitraje internacional.
Por otro lado, en el caso de un planteamiento de nueva Carta Magna por parte del correísmo, Cuvi señaló que el solo anuncio sería “sospechoso”, debido a una supuesta intención de “impunidad generalizada” para procesados por distintos actos de corrupción dentro de la organización política.
Búsqueda de consensos en un país fragmentado
El abogado constitucionalista, Miguel Molina, consideró que para la redacción de un nuevo texto constitucional es necesario llegar a consensos. Sin embargo, en un país completamente fragmentado no se avisar un escenario favorable.
«Esto servirá para que un proyecto político pueda consolidar un modelo de poder durante algunos años. Nada que no pueda resolver esta Constitución, resolverá otra», dijo.
Consideró, incluso, que la dificultad de llegar a consensos recae sobre la ciudadanía en general que no posee una «cultura de legalidad» de realizar actividades en el marco de la ley.
De acuerdo con Juan Cuvi, la situación de polarización del país no resolverá a través de una Constituyente sus problemas estructurales. Cuestionó que este aspecto evidencia la falta de madurez política en la que se encuentran las autoridades.
«Lamentablemente en este país, en la medida que no hay consensos, siempre tiene que salir el argumento de la fuerza a imposición desde el Ejecutivo», criticó.
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