“Hemos hablado tanto de violencia sicológica, física, sexual, muy poco de violencia patrimonial y nada de violencia obstétrica. Esta Ley lo que hace es poner en el debate la violencia obstétrica frente a la mujer y frente al recién nacido”, explicó.
Recodó que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cesárea debería ocurrir en máximo de un 10 a 12% de los casos, en cada país, porque existen una serie de normas para justificar una operación quirúrgica en el momento dar a luz, pues una cirugía por cesárea cuesta mucho más que un parto normal.
“En nuestro país estamos ya llegando al 40% de partos por cesárea, lo que es ya una alerta y un llamado, porque esos indicadores nos dejan ver que no son cesáreas por necesidad o emergencia quirúrgica, sino que están ligados al tema del mercantilismo médico”, manifestó.
La Ley para Parto Humanitario, dijo, va hacia el tema de la autodeterminación de la mujer y a decidir qué quiere, por lo que con esta normativa se establecería un mecanismo de educación muy fuerte al hombre y a la mujer, de modo que conozca las alternativas que ofrece esta forma de dar a luz.
Citó además varias formas de dar a luz como los partos asistidos, verticales, con agua o con terapis como la música. “Hay una serie de alternativas que permiten que respeten la intimidad y permitan estar con los seres queridos. Muchas veces el parto vertical se convierte en una fiesta familiar, en donde la familia se reúne a esperar la llegada de un nuevo ser, en donde el niño tiene el primer contacto con su madre”, precisó.
El Parto Humanizado, por ende, indicó Gabriela Rivadeneira, abarca una temática que va desde el ámbito económico, de seguridad obstétrica, hasta el ámbito de afectividad. «Esperamos que se genere un debate importante acerca de la violencia obstétrica y generar conciencia en el hombre, la mujer y todo el sector de la salud», concluyó.