La ciudad argentina de Bariloche, a 1.500 kilómetros de Buenos Aires, se prepara con ansia para la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su familia el próximo 24 de marzo con un importante despliegue de seguridad y expectativas por parte del sector hotelero y de turismo.

«Estamos muy expectantes, ya que la visita de Obama es una promoción en medios internacionales que ninguna ciudad del país podría pagar», dijo a Efe el secretario de Turismo de Bariloche, Marcos Barberis.

La llegada del mandatario estadounidense, su esposa, Michelle, y sus hijas, el día después de cumplir una apretada agenda oficial en Buenos Aires, ha despertado el interés de más de «650 medios de todo el mundo», y la secretaría está preparando «más material de la ciudad y de los paisajes en alta definición» para cuando llegue el momento, explicó Barberis.

Bariloche, ubicada en la Patagonia argentina, tiene más de 110.000 habitantes y ofrece una vasta oferta gastronómica y hotelera, además de excursiones de aventura y vistas majestuosas de sus montañas, bosques, ríos y lagos.

Durante el invierno, funciona como uno de los centros de esquí más importantes de Argentina con sus picos de la cordillera de los Andes y, además, es conocida en el país por su producción de chocolates, frutos rojos y carnes ahumadas.

Barberis aclaró que todavía no tienen una confirmación de la agenda oficial de Obama, pero que su intención es poder agasajarlo una vez llegado al lugar.

Además, el secretario de Turismo espera poder aumentar las visitas de los estadounidenses, «un mercado muy importante para Bariloche pero un tanto relegado últimamente».

La visita coincide con los festejos por Semana Santa, por lo que esperan una ocupación hotelera de aproximadamente el 70 por ciento, y creen que, si se tiene en cuenta la delegación del mandatario, esa cifra puede aumentar.

Joaquín Escardó, gerente de la Asociación Hotelera Gastronómica de Bariloche, explicó a Efe que «cada vez que un presidente de Estados Unidos» se acercó al lugar, la información «es muy reservada».

La ciudad patagónica ya había alojado a los exmandatarios estadounidenses Theodore Roosevelt (1913), Dwight Eisenhower (1960) y Bill Clinton (1997).

Escardó señaló que, si bien todavía se desconocen las actividades que realizarán Obama y su esposa o si exclusivamente irán a descansar, ya se empieza a notar un «movimiento inusual» de custodios, policías y hasta aviones de la Fuerza Aérea estadounidense.

Asimismo, subrayó que «seguramente haya mucha gente que se acerque por la visita», aún más de los que van a Bariloche por los días feriados de Semana Santa.

«Hace varios días que la ciudad está presente en medios internacionales y seguramente lo siga estando, y la visita tiene una connotación muy fuerte. Se ve que el lugar es seguro como para que se acerque una figura importante a nivel internacional, esperamos que esto decante en más turismo en los próximos meses», añadió.

Hace ya varias semanas que se rumorea que Obama se alojará en el Hotel Llao-Llao & Resort, un edificio de 1939 con vistas a los lagos Nahuel Huapi y Moreno y rodeado de bosques y montañas.

Allí también fue donde se alojaron el expresidente Clinton y su esposa, Hillary, en la década de los 90.

Silvia Domínguez, asistente del gerente general del hotel, aclaró que todavía no tienen la confirmación oficial de la llegada, pero que, ante el rumor, varios huéspedes llamaron para averiguar si era cierto, y algunos decidieron cambiar la fecha de su reserva.

«Sin embargo, tenemos la ocupación completa por Semana Santa», aclaró.

El secretario de Turismo concluyó que el deseo de locales y autoridades es que a Obama «le toque el mejor clima posible, que realice en paz las actividades que tenga y que descanse».