Cuando la oposición alcanzó los primeros 100 votos, solamente 28 diputados se habían manifestado en contra del proceso, tres se habían abstenido y aún faltaba que se pronunciaran otros 382.
La votación se desarrolla en el pleno de la Cámara de Diputados, que en caso de aprobar el proceso por esa mayoría calificada de dos tercios de los escaños remitirá el trámite al Senado, que tendrá la última palabra sobre la apertura de un juicio político.
Según las previsiones de la propia Cámara baja, la votación durará unas cinco horas, debido a que el proceso es nominal y cada uno de los 513 diputados es llamado a manifestarse frente a un micrófono, de acuerdo con orden geográfico determinado por la latitud de los estados del país.
Antes de que se iniciara la votación, intervinieron los jefes de los grupos de los 27 partidos representados en la Cámara baja y, en su mayoría, aunque fijaron posición, liberaron a sus parlamentarios para votar de acuerdo con sus propias convicciones.
De esos 27 partidos, solamente siete se manifestaron a favor de la mandataria y anunciaron su voto contra un eventual juicio.
El resto expresó su apoyo al proceso, lo que parece ponerle las cosas muy difíciles a Rousseff, quien dependerá de las disidencias internas en esas formaciones para que el trámite sea archivado.