Los cónsules peruanos en Quito, Guayaquil, Loja, Machala y Macará llegarán a Manta de manera coordinada y alternada para emprender acciones en esa zona, donde se concentra el mayor número de peruanos afectados, sin que hasta el momento se haya reportado víctimas mortales, aunque sí una mujer herida, de esta nacionalidad.
Los diplomáticos brindarán servicios consulares básicos y canalizarán la ayuda humanitaria procedente de Perú para la zona afectada.
También distribuirán tarjetas telefónicas para llamadas de larga distancia y habilitarán, de acuerdo con las posibilidades técnicas, un centro de comunicación con los familiares en el Perú.
Los cónsules establecerán además un padrón de los peruanos damnificados para conocer cuáles son sus necesidades prioritarias y elaborarán un registro con aquellos que deseen retornar a Perú en los aviones de la Fuerza Aérea de Perú (FAP) llegados a Ecuador para trasladar ayuda humanitaria.
Para los que decidan quedarse, los responsables de los consulados identificarán albergues temporales ofrecidos por las autoridades e instituciones ecuatorianas y extranjeras, e instituciones que distribuyan artículos de primera necesidad.
El terremoto, uno de los más intensos de los últimos años en Latinoamérica, dejó hasta ahora unos 500 muertos y alrededor de 2.000 heridos, además de múltiples daños materiales que aún se evalúan.
El sismo se produjo a última hora de la tarde del sábado, a las 18.58 hora local (23.58 GMT), en un sitio entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales, en la provincia de Manabí y colindante con la vecina Esmeraldas, que también sintió el impacto de las réplicas.