Santos llegó este domingo con más ayuda humanitaria para los miles de damnificados por el terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter que sacudió una parte de la costa norte de Ecuador.
Tras recorrer las zonas afectadas en el sector de Tarqui, en Manta, y entregar vituallas, Santos reiteró su solidaridad con Ecuador, país al que, además, le transmitió sus condolencias por los muertos que dejó el terremoto, entre ellos once colombianos.
A los ecuatorianos, Santos les dijo que tengan presentes a sus «hermanos» colombianos que están -apuntó-, «listos para ayudar» en lo que esté a su alcance.
«Hemos puesto un granito de arena con la ayuda que aquí está presente: cerca de 25 toneladas, cuatro vuelos, dos buques que han llegado con agua, con víveres», dijo el mandatario antes de emprender su viaje de regreso a Colombia.
El gobernante colombiano subrayó que es en los momentos difíciles cuando se conoce a los «verdaderos amigos» y puntualizó que los pueblos colombiano y ecuatoriano, son, además, de amigos, «hermanos».
«En estos momentos de dolor, de tragedia, -agregó- lo que se requiere es fortaleza, mirar el futuro con optimismo y tratar de convertir las calamidades en oportunidades», para lo que se requiere un gran liderazgo, como el que dijo haber visto en Correa.
Destacó la labor de los expertos colombianos que trabajaron en tareas de rescate y que recuperaron cuerpos de entre los escombros.
Santos se complació de conocer a Pablo Córdova, a quien los rescatistas colombianos sacaron de entre los hierros retorcidos y restos a los que quedó reducida una edificación y que hoy pudo abrazar en el aeropuerto tras aterrizar en Manta.
Insistió en que «siempre» estarán junto al pueblo ecuatoriano cuando se necesite y recordó la solidaridad de Ecuador en tragedias ocurridas en Colombia.
Aprovechó también para destacar que Ecuador será sede de los diálogos de paz entre la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno colombiano.
Correa, por su parte, aseguró que los pesos se aligeran con la solidaridad y el cariño de pueblos fraternos y hermanos, como -indicó- es el caso de Colombia.
«Hoy más que nunca quisiéramos agradecer a usted y a Colombia por toda esa solidaridad», comentó Correa en una declaración conjunta en la que tildó de «impresionante» la ayuda del vecino país, que envió 25 toneladas de comida, miles de carpas y 177 rescatistas que «salvaron varias vidas» y ayudaron también a recuperar cadáveres.
El gobernante ecuatoriano recordó que aún hay 58 personas desaparecidas y que decenas de colombianos residentes en Portoviejo, Manta, perdieron todo lo material, pero conservaron lo más importante, que es la vida.
«Esos hermanos colombianos que hoy parten a su tierra, quisieron hacer una vida en Ecuador, la naturaleza nos ha castigado muy fuerte, perdieron su casa, sus negocios…Ánimo, lo material se recupera, lo más importante es que tengan vida, la seguridad y salud de sus familias», sostuvo Correa.
El mandatario ecuatoriano, que hoy envió un abrazo a las familias de los colombianos fallecidos, agradeció este fin de semana la solidaridad de más de veinte países que volcaron su ayuda poco después de ocurrido el terremoto, que dejó más de 16.000 heridos.
Según la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgo, hay 25.640 personas albergadas y 113 personas fueron rescatadas con vida de entre los escombros a los que se redujeron decenas de edificaciones.
El Gobierno avanza en los trabajos para la restitución de servicios básicos para mejorar las condiciones de vida de todos los afectados y piensa ya en la reconstrucción de la zonas dañadas.