Susana García, junto a sus dos hijos, es parte de este grupo. El viernes 29 de abril fue su cumpleaños y lo compartió con el personal del Municipio de Quito que los atiende. “Estoy agradecida con la ayuda que hemos recibido. Mi esposo está hospitalizado en el Pablo Arturo Suárez y aspiro a que se recupere pronto”, dice la mujer con optimismo tras la tragedia del 16 de abril pasado.
No es solamente la infraestructura de los albergues temporales lo que se les ofrece a estas familias. La red de apoyo social del Municipio de Quito les provee tratamiento psicológico, cuidados de salud, alimentación y cuidados especiales, si es el caso. Como para los tres hijos de Roberto Largo, que se encuentran en el albergue ubicado en Solanda.
Tras el terremoto su hogar quedó desecho y sus tres pequeños con discapacidad no tenían en dónde ni cómo vivir. Es así que, desde la Alcaldía de Quito, mediante el Patronato san José, se les brinda apoyo con tratamientos especializados. A los niños incluso se les brinda el apoyo de cano y equino terapia, propia de la Policía Metropolitana de la ciudad.
Esta labor se realiza con más de 41 personas, provenientes de cantones afectados por el terremoto, que han llegado a Quito. “Ellos reciben alimentación, vestimenta y los insumos necesarios para que se encuentren cómodos y seguros”, indicó el alcalde Mauricio Rodas en un recorrido efectuado el viernes 29 de abril.
También se aclaró que es imprescindible la ayuda de los quiteños en cuanto a las donaciones que ya alcanzan las 1601.5 toneladas enviadas hacia Manabí y Esmeraldas. “Quiero reiterar mi profundo agradecimiento a los quiteños por esta gran muestra de generosidad y por supuesto, invitarlos a seguir donando porque hay que entender que este será un proceso de largo aliento, no podemos bajar los brazos”, dijo el Burgomaestre.