El inicio de la investigación fue ordenado por la magistrada Cármen Lúcia, que también abrió un proceso contra el senador Romero Jucá, presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y uno de los hombres más cercanos al vicepresidente Michel Temer.
Calheiros y Jucá, ambos del PMDB, ya eran investigados por la máxima corte del país en el marco de la «Lava Jato», como se conoce a la operación que indaga sobre la gigantesca trama de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
En el nuevo proceso, la Corte Suprema inquiere ahora si Calheiros y Jucá recibieron sobornos para conseguir la aprobación de enmiendas que beneficiaban al sector del automóvil.
La trama para la supuesta «compra» de medidas provisionales está en el punto de mira de la llamada «Operación Zelotes», que investiga la actuación un grupo de empresas del sector automotor que sobornó a funcionarios del Gobierno que promovieron unas medidas decretadas posteriormente por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, mediante las cuales les fue reducida la carga tributaria.
La nueva investigación del Supremo contra Calheiros y Jucá se apoya en la delación realizada por un exfuncionario del fisco brasileño e investigado en el caso Zelotes, João Batista Gruginski.
Gruginski afirmó a la policía que participó en una reunión con un lobista que habló «abiertamente» del pago de sobornos para los dos políticos, a cambio de que estos presionaran para la aprobación de las medidas.
Calheiros es presidente del Senado, la cámara que en las próximas semanas deberá decidir si existen méritos jurídicos para abrir un juicio político con miras a la destitución de la presidenta, Dilma Rousseff.
Jucá, por su parte, es uno de los hombres fuertes de Temer y su nombre ha sido tanteado para ocupar un ministerio en una eventual gestión del vicepresidente, quien sustituiría a Rousseff si la presidenta es apartada de su cargo.