«Este dinero se convertirá directamente en programas para responder a las necesidades inmediatas de gente que lo ha perdido todo», recordó O’Brien durante una conferencia de prensa en Nueva York.
El responsable de Naciones Unidas, que visitó la zona afectada 48 horas después del sismo, aseguró que por ahora la comunidad internacional ha dado una «buena respuesta» a la solicitud de ayuda, pero las cantidades necesarias están aún lejos de alcanzarse.
La ONU busca recaudar 72,7 millones de dólares para asistir durante los próximos tres meses a unos 350.000 damnificados por el terremoto y ha destinado ya a ese fin algo más de 7 millones de su fondo de emergencias.
O’Brien dijo que el impacto del terremoto ha sido «masivo» para Ecuador, tanto por el número de muertos y heridos como por la destrucción de infraestructuras y edificios.
Al mismo tiempo, destacó el «liderazgo» demostrado por el Gobierno del país en la respuesta y el apoyo ofrecido desde el primer momento por otros países.
Según O’Brien, los trabajos de búsqueda y rescate han permitido salvar más de un centenar de vidas y se está avanzando con rapidez para restaurar las comunicaciones.
En ese sentido, destacó cómo se ha logrado poner a las personas afectadas «en el centro» de la respuesta y aseguró que se trata de un ejemplo del tipo de asuntos que la ONU quiere discutir este mes en la cumbre humanitaria que celebrará en Estambul.
Varias agencias de Naciones Unidas como Unicef y el Programa Mundial de Alimentos han apoyado desde la catástrofe a miles de personas, recordó hoy la organización.
Según los últimos datos de Naciones Unidas, el terremoto dejó 659 muertos y 42 desaparecidos, en tanto que unas 30.000 personas han tenido que ser alojadas en refugios.