Marrero recordó hoy en la apertura del evento, que en todo 2015 visitaron la isla 161.233 estadounidenses, un 76 % más que un año antes, animados por la flexibilización de los viajes a Cuba, aunque precisó que se trata del «único país del mundo» para el que los ciudadanos de EE.UU. no pueden contratar paquetes turísticos.
También aumenta la cifra de cubano-estadounidenses que viajan a Cuba, un total de 390.000 el año pasado y 116.000 en los primeros cuatro meses de 2016.
El ministro del ramo admitió que las últimas medidas del Gobierno de EE.UU. para aliviar el embargo y flexibilizar los viajes, que permitieron las visitas individuales, junto con el previsible inicio de los vuelos regulares el próximo otoño, «contribuirá a un incremento mayor de los viajes de estadounidenses a Cuba».
También se refirió al impacto de los nuevos cruceros que están llegando a Cuba procedentes de Florida (EE.UU.), como es el caso del buque Adonia, de la compañía estadounidense Fanthom, filial de Carnival, que el pasado lunes abrió la primera línea regular de crucero que une los dos países en medio siglo.
Según avanzó Marrero, Carnival, el mayor operador de cruceros del mundo, quiere ampliar sus rutas entre Cuba y Miami para la temporada 2016-2017, y Royal Caribbean, su principal competidor, ya ha solicitado a las autoridades cubanas operar 72 escalas entre La Habana y Miami para la próxima temporada, entre diciembre de 2016 y abril de 2017.
Además, la empresa MSC, que desembarcó en la isla el pasado diciembre con el buque Opera -el más grande que hasta la fecha ha hecho escala en la isla con capacidad para 2.600 pasajeros- quiere incluir su barco Armonia, de magnitud similar, en la próxima temporada invernal de cruceros.
El ministro explicó que Cuba está trabajando para acondicionar su terminal de cruceros a la llegada de estos nuevos buques, además de haber iniciado ya las inversiones para ampliar las terminales del aeropuerto de La Habana, ante el aumento de vuelos internacionales que se ha producido en el último año, que se intensificará con el inicio de los vuelos regulares con EE.UU..
La presión del «boom» del turismo en Cuba, que el año pasado sobrepasó el umbral de los 3,5 millones de visitantes, supone una fuerte presión para la endeble infraestructura hotelera de la isla, que ya está trabajando en la restauración y construcción de nuevas plazas hoteleras.
«La demanda habitacional es ahora superior a la oferta, pero se están acelerando las inversiones para nuevos hoteles de muy alto estándar», precisó el ministro.
En la capital cubana se están reconstruyendo viejos edificios del casto histórico de la ciudad para convertirlos en lujosos hoteles, como La Manzana de Gómez, gestionado por la cadena suiza Kempinski; el hotel Packard, de la española Iberostar, o Prado y Malecón, que operará la francesa Accor, grupo que planifica construir en la isla 22 nuevas instalaciones con 7.000 habitaciones para 2030.
«También estamos revisando más de 20 propuestas de empresas extranjeras para la creación de nuevos hoteles de 5 estrellas», adelantó el ministro.
Marrero estuvo en la inauguración hoy de la XXXVI Feria Internacional de Turismo de La Habana, edición en la que participan unos 200 representantes de empresas estadounidenses y delegaciones de 53 países, entre las que destacan 17 ministros de Turismo.