Pedidos de revocatoria del mandato del presidente Nicolás Maduro; reducción a dos días por semana de la jornada laboral de los empleados públicos para enfrentar el problema energético; falta de medicamentos y alimentos en las góndolas de los supermercados; y anuncios, por parte del FMI, de que la economía de Venezuela se contraerá un 8 % este año y que su inflación se proyecta para el 2016 en un 720 % y para 2017 en el 2.200 %, son algunos de los elementos que han trazado en el inicio de este año la crisis económica y política del país bolivariano.
La oposición venezolana aseguró que el Consejo Nacional Electoral (CNE) empezará a verificar las 1 850 000 firmas que entregó al inicio de esta semana ante ese organismo para activar el proceso para revocar el mandato de Maduro, quien, por su lado, afirmó que este es un nuevo plan para matarlo y ordenó una «rebelión y decretar una huelga general indefinida» en caso de que algún complot resulte exitoso.
El vocero para los trámites electorales de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Vicente Bello, explicó que los rectores del Poder Electoral se reunirán para definir cuál será el mecanismo para validar las firmas recolectadas por los opositores. De acuerdo a la legislación electoral, una vez verificados estos datos, el CNE dará un nuevo plazo a los solicitantes para que esta vez entreguen una colección de firmas en favor del referendo equivalentes a al menos al 20 % del padrón electoral, unos 4 millones de firmas.
De su lado, Maduro anunció la conformación de una comisión presidencial para verificar «una a una» las firmas, y así evitar que sean entregados datos falsos. Jorge Rodríguez, titular de esa comisión, dijo que la misma tiene la tarea «de vigilar» que el actual proceso opositor «sea limpio».
Esto mientras el presidente de la firma encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, informó que 7 de cada 10 venezolanos quiere cambiar el Gobierno de Nicolás Maduro, quien pese a este escenario adverso aún contaría con un 25 % de respaldo popular. El analista señaló que cuando la ciudadanía ya tiene «incorporada» la idea del cambio de Gobierno es poco probable que esta disposición se revierta.
Este problema político se afianza aún más si los problemas económicos y sociales se mantienen, según expertos venezolanos, quienes han afirmado que el aumento de sueldo mínimo en un 30%, anunciado por el Jefe de Estado, el pasado 1 de mayo, sigue siendo insuficiente en medio de la crisis humanitaria que atraviesa el país, golpeado por el racionamiento eléctrico pese a las reservas petroleros, largas filas para adquirir bienes, escasez de bienes básicos y de otros como el helado o la cerveza.
El alza del sueldo llevó a la cifra mensual de hasta 15 051 bolívares, que equivalen a unos 40 dólares con el tipo de cambio oficial, o en apenas 14 dólares con el tipo de cambio en el mercado negro. Los críticos apuntan a que la repetida sucesión de las alzas salariales revela el completo fracaso del gobierno por controlar la inflación, además de la profunda recesión que atraviesa la economía.
«Todos los ‘aumentos’ de este señor son una burla», dijo el líder de la oposición, Henrique Capriles, en su cuenta de Twitter (@hcapriles), agregando que la inflación en el mes de marzo alcanzó más de 20 %. Desde que Nicolás Maduro asumió el poder, además, el bolívar ha caído 98 % contra el dólar en el tipo de cambio del mercado negro, mientras la inflación está en tres dígitos y el país sigue golpeado por los bajos precios del petróleo. El mandatario venezolano incluso cambió la hora, adelantándola en treinta minutos, para paliar la crisis energética.
Lo cierto es que la realidad del país sudamericano es tan crítica que ha llamado la atención del papa Francisco, quien «sigue con atención» la situación por la que atraviesa Venezuela y por ello ha escrito una carta al presidente del país, según informó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.