En esta primera etapa, se coordinó con organizaciones como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) e instituciones educativas como la Universidad San Francisco de Quito, ESPE y la Universidad Católica de Quito, para cumplir con este objetivo. Los grupos de trabajo se distribuyeron en las provincias de Esmeraldas, Santo Domingo, Los Ríos y Manabí.
Según el informe preliminar, hasta el momento 5.956 edificaciones fueron evaluadas, de la cuales 2.392 pertenecen a la provincia de Esmeraldas. En esta zona el 100% de las localidades más afectadas ya fue cubierto. Las localidades visitadas fueron Atacames, Tonsupa, Muisne y Chamanga. En Quinindé la evaluación continuará la próxima semana.
Mientras tanto, en Santo Domingo, los brigadistas evaluaron 473 edificaciones, para lo cual contaron con el apoyo de GAD provincial. En Los Ríos, 686 estructuras fueron evaluadas en Baba, Babahoyo, Buena Fe, Urdaneta, Montalvo, Mocache, Palenque, Valencia, Puebloviejo, Quevedo, Quinsaloma y Ventanas.
En cuanto a Manabí, que fue la provincia donde se produjo el epicentro del terremoto de 7,8 grados, se evaluaron 2.405 edificaciones en las localidades de Pedernales, Manta, Portoviejo y Bahía de Caráquez; mientras que San Vicente, Sucre y Rocafuerte están en proceso de evaluación. Jama y Canoa serán evaluadas este fin de semana.
El estado de la estructura se identifica con stickers de colores: el verde indica que sus habitantes podrán ocuparla sin peligro; amarillo señala que se restringe el paso a ciertas áreas o ingresos por periodo cortos de tiempo a las viviendas.
El rojo se coloca en edificaciones colapsadas e inseguras, además se prohibirá el ingreso y ocupación de las mismas.
El Miduvi recordó que el proceso de evaluación estructural, que se lleva adelante, determina la habitabilidad de las estructuras y posibles riesgos en ellas, por lo que se solicita a la ciudadanía que coopere con los grupos técnicos que desarrollan este trabajo, mismo que busca precautelar la vida de las personas en zonas afectadas.