La notificación, firmada por el titular del Senado, Renan Calheiros, faculta a Temer como presidente durante los próximos 180 días, período en el cual la Cámara Alta debatirá si destituye a Rousseff o le permite volver al cargo.
El nuevo gobernante, según el primer secretario del Senado, Vicentinho Alves, asumirá de manera «interina» y no en calidad de «en ejercicio», como acostumbraba hacerlo durante las ausencias de Rousseff.
La notificación a Temer fue entregada diez minutos después de la que le fue remitida a Rousseff y en la que de manera oficial se le comunicó la decisión del plenario del Senado, que por 55 votos a favor y 22 en contra decidió dar vía libre al juicio destituyente.
El hasta hoy vicepresidente gobernará mientras el Senado decide la suerte de Rousseff, quien de ser separada definitivamente del cargo permitiría que Temer termine el mandato hasta el 1 de enero de 2019.
Según Alves, Temer fue «muy receptivo» y compartió la notificación con varios de sus posibles ministros, que serán anunciados en las próximas horas, y entre los que se encuentran Henrique Meirelles, favorito para ocupar la cartera de Hacienda, y Eliseu Padilha, quien llegaría al Ministerio de Presidencia.
Durante toda la mañana, a la espera de la notificación, Temer estuvo con los miembros de su futuro gabinete y con posibles integrantes de su equipo diplomático, encabezados por Fred Arruda, actual embajador ante los organismos económicos en Londres y quien llegaría a la Asesoría Especial de Asuntos Internacionales.
Arruda ocuparía el lugar del influyente Marco Aurelio García, principal asesor del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y de su sucesora Rousseff, quien durante su función se distinguió por su aproximación con los Gobiernos de izquierda de Latinoamérica y con los países africanos.
A la Cancillería, en tanto, llegaría como nuevo jefe de la diplomacia brasileña el senador opositor José Serra, quien disputó las elecciones presidenciales en 2002 y 2010, cuando fue derrotado en segunda vuelta por Lula y Rousseff, respectivamente.
El nuevo Gobierno de Temer tiene el reto de recomponer la base oficialista en el Congreso para conseguir llevar adelante los proyectos de ley que Rousseff intentó poner en la agenda legislativa.
Además, Temer deberá responder a la confianza inicial que el mercado financiero ha dado a su posible Gobierno y que ve en Meirelles a un comandante para implementar las medidas necesarias que le permitan a Brasil enderezar el camino de su economía, que este año puede terminar con otra contracción próxima al 4,0 %.
De confirmarse el pronóstico del mercado y con el 3,8 % de encogimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2015, Brasil confirmaría su recesión, que está acompañada de los altos índices de inflación, tasa de intereses y desempleo.