Mariano Jordan, quien es soldador y trabaja en un taller de Posorja, mira positivamente que se haya escogido a esta pequeña parroquia rural de Guayaquil para desarrollar el proyecto. “Es importante que se haya considerado a Posorja para construir el nuevo puerto”, dijo el sencillo trabajador, quien está seguro que las oportunidades laborales no faltarán.
Y no se equivoca. Solo para la fase de construcción se generarán 2 mil empleos directos, mientras que en la fase de operación se abrirán otras 800 fuentes de trabajo directas y 1.500 empleos indirectos en la parroquia.
Posorja es una localidad caracterizada por su actividad pesquera artesanal, ubicada a 110 kilómetros de Guayaquil. Entre quienes se dedican a la actividad pesquera también hay altas expectativas acerca de la construcción del puerto, pues consideran que se convertirá en una oportunidad para que la localidad alcance su desarrollo e incluso su modernización.
Los vendedores informales, como Ángel Salazar, tienen muchas esperanzas. En su pequeño triciclo recorre las calles de Posorja ofreciendo agua de coco en botellas. Este comerciante considera que el proyecto beneficiará a todos, pues quienes tienen su pequeño negocio podrán ampliarlo o en el caso de él podrá establecerse en algo más formal.
El contrato con la empresa DP World fue suscrito ayer, lunes 6 de junio, en el Salón Amarillo del Palacio de Carondelet. Dicha inversión asciende a más de 1.200 millones de dólares.