El ´Brexit’, según expertos internacionales, se ha desatado a causa de una grieta que se ha ido abriendo desde hace una década en el Partido Conservador que encabeza el gobierno británico y que ha ganado adeptos con el paso del tiempo.
El viejo debate lo volvió a retomar en 2013 el primer ministro David Cameron, al proponer un referéndum sobre el mantenimiento del Reino Unido en la Unión Europea, proyectado en 2014, pero marcado para 2017.
A partir de la victoria en las elecciones generales de 2015 del Partido Conservador, el proyecto se consolidó, dado que era uno de los puntos clave de la campaña.
Cameron habría reconocido que la UE “a veces es una organización frustrante” y que al Parlamento Europeo no le gusta demasiado, pero repitió que dejar el bloque hará daño a sus hijos y a sus nietos, porque el Reino Unido verá su economía castigada y perderá influencia en el mundo.
En su defensa, el primer ministro Cameron se refirió a lo que representa el mercado de 500 millones de personas que facilita Europa. También esgrimió que el Banco de Inglaterra, el Fondo Monetario Internacional, los empresarios, los sindicatos y el Partido Laborista coinciden en que el Brexit es un gran riesgo. “Irse hará daño a nuestro país”, enfatizó.
También el Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) se opone a la salida y ha ganado algo de apoyo en los últimos tiempos.
Entre los puntos que el Reino Unido cuestiona están la gobernanza económica, la competitividad, la soberanía y los beneficios sociales y la libre circulación. Se alega, por un lado, que ahora son muy dependientes de las políticas económicas y financieras de la UE, y eso afecta la competitividad de la economía nacional, por lo cual buscan ganar autonomía.
No obstante, se valora que salir de la UE también los afectaría porque podrían perder el acceso al mercado común de la UE, una relación que tendrían que renegociar para el futuro y en términos por ahora desconocidos. Es decir, salir de la UE significaría que Reino Unido saldría automáticamente del mercado común, y para lograr una permanencia, están obligados a renegociar esa nueva relación, proceso que puede durar años.
Otro tema importante a tomar en consideración para votar es el relacionado a la inmigración, porque a raíz de la crisis económica en Reino Unido tomó auge una corriente de rechazo a los migrantes, ya que una parte de la población los considera una amenaza para el estado de bienestar, o al menos lo que queda de este.
Al integrar el espacio de ‘Schengen’ (área que comprende a 26 países europeos que han abolido los controles fronterizos en las fronteras comunes), Reino Unido está obligado a recibir a migrantes procedentes de otros países de la UE, o sea a los europeos que van a trabajar a ese país y tienen todos los derechos de trabajar, recibir salud y educación y los beneficios sociales.
Se afirma que la isla quiere permanecer al margen de una mayor integración europea y restringir el acceso de los trabajadores comunitarios a las ayudas estatales durante al menos sus cuatro primeros años de residencia en suelo británico.
Una parte de los británicos rechaza esa entrada de gente de países como Polonia, República Checa, y otros, y por eso defiende salir de la UE para salir de la visa ‘Schengen’ y poder rechazar a esas personas.
La sociedad británica se divide entre dos opiniones; por un lado, posibles votantes argumentan a favor de abandonar la UE señalando que esta ha cambiado muchísimo en las últimas cuatro décadas en cuanto a las dimensiones y el alcance de su burocracia, lo que ha afectado la influencia y soberanía británicas.
Quienes se oponen al ‘Brexit’ señalan que una isla de talla mediana necesita ser parte de un bloque más grande de países de mentalidad similar para tener influencia real y seguridad en el mundo, y que abandonar el bloque sería muy costoso en términos económicos.
Expertos en el tema afirman que el efecto económico de la salida dependerá de lo que logre negociarse, en especial, de si el Reino Unido tendrá acceso a los servicios financieros y al mercado único para comerciar sin pagar derechos de aduana o impuestos. Pero para tener esta opción, probablemente tendría que aceptar que los ciudadanos de la Unión Europea gocen de libertad de movimiento y empleo en el Reunido Unido, una de las principales quejas de la campaña a favor de abandonar la unión.
En dichas negociaciones se decidirá qué tipo de relación tendrá el Reino Unido con el bloque. Los temas más importantes serán los relativos al comercio. Si el Reino Unido desea permanecer en el mercado común de la Unión Europea, se espera que Bruselas imponga un costo elevado, sobre todo para desanimar a otros países que pretendan abandonar la Unión.
El jefe del gobierno francés, Manuel Valls, ya se pronunció al respecto al afirmar que la salida de Gran Bretaña del bloque significaría una conmoción con consecuencias difíciles de imaginar para Europa».
Un número importante de los economistas están a favor de permanecer en el bloque, pues afirman que la salida detendría el crecimiento, debilitaría a la libra y dañaría a Londres, el centro financiero del Reino Unido.
Incluso entre quienes apoyan la salida, señalan que el crecimiento se vería afectado en el corto y mediano plazo, aunque también subrayan que el Reino Unido estaría en una mejor posición para 2030, siendo Londres el centro financiero más grande y más importante de Europa; se equipara a Wall Street en cuanto a que es un centro de comercio internacional de acciones, tipos de cambio y productos básicos.
Las encuestas de opinión muestran una división homogénea entre la población y hacen augurar un empate técnico entre los partidarios de ambos bandos.
Algunos analistas de mercados y centros de apuestas calculan que los electores votarán por permanecer en el bloque. Por su parte el ‘Betfair’, el espacio de apuestas en línea, da al voto por “permanecer” una probabilidad de 66 %, mientras que la opción de “salir” se ubica en 34 % y exhibe movimiento al alza.
Datos relevantes:
-En el´Brexit’ pueden votar los ciudadanos británicos mayores de 18 años, así como ciudadanos que se encuentren en el extranjero y se hayan registrado para votar en el país en los últimos 15 años.
-También ejercerán el voto los residentes del Reino Unido que sean ciudadanos de Irlanda o de la Commonwealth, que incluye 53 países, entre los que se cuentan Australia, Canadá, India y Sudáfrica.
-A diferencia de lo que ocurre en las elecciones generales, pueden votar los miembros de la Cámara de los Lores, así como los ciudadanos de la Commonwealth que se encuentren en Gibraltar, un territorio británico del extranjero.
-Los ciudadanos de la Unión Europea que vivan en Gran Bretaña no pueden votar, a menos que sean ciudadanos de Chipre, Irlanda o Malta.