Después de casi dos años de control yihadista, la bandera de Iraq volvió a ondear en Falluyah. Uno de los bastiones más importantes de ISIS fue recuperado, según las fuerzas armadas del gobierno iraquí.

EFE

El sonido de los disparos intercambiados entre las fuerzas iraquíes y los pequeños focos de militantes ISIS resonó por toda la ciudad sitiada.

Las defensas de ISIS se derrumbaron el viernes cuando fuerzas especiales iraquíes hicieron rápidos avances en el corazón de Falluyah.  Empujaron fuerte para retomar la ciudad y la batalla se libraba todavía este sábado.

Durante un discurso televisado el viernes, el primer ministro de Iraq, Haider al-Abadi, prometió la liberación de Falluyah.

Más tarde, el gobernador de la región declaró en Twitter que «Falluyah fue liberada».

Pero un equipo de CNN que acompañó a las tropas del gobierno a Falluyah comprobó este sábado que la ciudad parece lejos de estar liberada, a pesar de las afirmaciones por parte del gobierno iraquí.

En una victoria simbólica, efectivos de la Policía Federal de Iraq izaron la bandera nacional en la oficina del alcalde el viernes, asegurando que tenían el control del centro de la ciudad, algo que Iraq no ha sido capaz de concretar en más de dos años.

Falluyah está a unos 60 kilómetros al oeste de Bagdad y ha permanecido bajo las garras de ISIS desde principios de 2014.

Como parte de su campaña de terror, el autodenominado Estado Islámico capturó el territorio en partes de Iraq y Siria, para establecer su llamado califato.

El equipo de la CNN entró al barrio Nazal, en el centro de Falluyah, y vio intenso fuego de armas pequeñas y fue testigo de humo que salía de detrás de una mezquita.

Muchos edificios están reducidos a escombros. Parte de la ciudad está hecha añicos por los afectos de los bombardeos y los disparos de la artillería pesada.

El asalto brutal de las fuerzas armadas de Iraq para expulsar a los yihadistas obligó a miles de civiles a huir, con ISIS atrapando a decenas de miles más dentro de los límites de la ciudad.

A principios de este mes, la agencia de refugiados de la ONU advirtió que unas 50.000 personas se encontraban en grave peligro, atrapadas en la zona de la ciudad que se convirtió en centro del combate y donde se intensificaron los bombardeos de las fuerzas gubernamentales.

Este sábado, CNN no vio a ningún civil, pero un oficial del ejército iraquí, Abu Mariam, dijo que ha hablado con algunos mientras huían aterrados y sus rostros mostraban signos de inanición