La Roja le dio una paliza histórica de 7-0 a México en el Levi’s Stadium de Santa Clara (California) y elevó a la categoría de gran figura a su delantero Eduardo Vargas, autor de un póquer de goles que lo llevó al tope de los goleadores del certamen, con seis tantos en su registro personal.
Más temprano, en el MetLife Stadium de East Rutherford, Argentina mostró su jerarquía de líder en el ranking de la FIFA y goleó 4-1 a la competitiva Venezuela, en una noche especial porque su ídolo Lionel Messi alcanzó al legendario Gabriel Batistuta como goleador histórico de su selección, con 54 tantos.
El crack argentino, acostumbrado a pulverizar récords en el FC Barcelona, solo está enfocado en ganar la Copa para borrar las dos finales consecutivas perdidas en menos de un año, el Mundial 2014 y la Copa América 2015. “Mi cabeza está en conseguir esa Copa que tanto deseamos”, afirmó el astro Lionel Messi tras el partido en Foxborough, cerca de Boston (norte).
La ‘Albiceleste’ hace 23 años que no logra ningún título y a la generación encabezada por Messi le quedan pocas oportunidades de quitarse ese pesado karma.
Argentina le dio un aviso al anfitrión Estados Unidos para el choque de semifinales en Houston el martes (20:00): Messi está encendido y a Gonzalo ‘Pipita’ Higuaín se le secó la pólvora al anotar los dos primeros goles ante Venezuela.
Pero el entrenador Gerardo Martino mantiene la calma y la cautela. “Ahora tenemos que centrarnos en Estados Unidos, que nos va a traer muchos problemas”, advirtió al concluir el partido ante Venezuela.
El anfitrión sufrirá las bajas del delantero Boby Wood y de los volantes Jermaine Jones y Alejandro Bedoya, tres figuras importantes en el esquema del entrenador alemán Jürgen Klinsmann, pero como contrapartida tendrá dos días más de descanso que Argentina antes del partido en Houston. Además, los norteamericanos tienen en pleno estado de forma a su estrella: el volante ofensivo Clint Dempsey.
Un ‘vaquero’ hace soñar a EE.UU.
Estados Unidos confiaba en él y el ‘vaquero’ Clint Dempsey no defraudó: otro gol, su tercero en el torneo, y otra asistencia, también la tercera, en la victoria contra Ecuador para llevar a su selección a las semifinales de la Copa América Centenario y seguir soñando.
El entrenador Jürgen Klinsmann rindió homenaje al “desempeño increíble” de la estrella de 33 años, que jugó de local en el estadio CenturyLink Field de Seattle (noroeste) de su equipo los Sounders de la liga estadounidense. “Es especial y merece todo los elogios que se le hacen”, señaló el alemán, a quien Dempsey le ha sacado las papas del fuego en más de una ocasión.
El capitán anotó el tanto de la victoria ante Paraguay por 1-0 en el partido que marcó la clasificación a cuartos de final, y abrió la goleada a Costa Rica por 4-0 que resucitó a los anfitriones tras la derrota inicial 2-0 frente a Colombia.
Contra Ecuador encaminó la victoria con un furibundo cabezazo que dejó sin respuesta al portero Alexander Domínguez promediando el primer tiempo.
Además de marcar, Dempsey dio dos asistencias ante los ‘ticos’ y la mitad del segundo gol a Ecuador el jueves fue suyo, ya que Gyasi Zardes empujó sobre la línea un remate que iba de todos modos camino a la red. “Afortunadamente podemos seguir adelante. Estamos en las semifinales de un gran torneo y entonces estamos felices”, dijo Dempsey.
Dempsey debutó con la selección mayor de Estados Unidos en un amistoso contra Jamaica el 17 de noviembre de 2004 y desde entonces ha marcado 52 goles, colocándose a cinco del récord del mítico Landon Donovan.
‘El vaquero de Nacogdoches’, Texas, es el único jugador estadounidense en anotar en tres Copas del Mundo consecutivas: Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, con un total de cuatro goles.
“No tiene muchas oportunidades de avanzar hasta el final en un gran torneo y eso es lo que estamos tratando de hacer”, afirmó en referencia al pase a semifinales, el segundo de Estados Unidos en una Copa América luego de la edición Uruguay-1995.
Para Dempsey y varios de sus compañeros se trató de una pequeña revancha luego de la eliminación en octavos de final del Mundial de Brasil 2014, cuando Estados Unidos cayó ante Bélgica 2-1 en la prórroga. Klinsmann había dicho en la previa que sus dirigidos tenían en ese aspecto una ventaja sobre Ecuador: “Ayuda mucho tener jugadores que saben cómo jugar este tipo de partidos”, anticipó. Sin dudas, en el caso de Dempsey es fundamental su experiencia en la Premier inglesa, donde estuvo en el Fulham por dos etapas (2006-2012, y en 2014), y el Tottenham Hotspur (2012-2013).
En sus ocho temporadas en una de las ligas más competitivas del mundo anotó 60 goles en 189 partidos, récord para un estadounidense en el extranjero. Si bien esta es su primera experiencia en una Copa América, acumula 12 goles y dos títulos en cuatro Copas de Oro de la Concacaf. En la ruta a la final asoma la favorita Argentina, en Houston. La parada será brava, pero como dijo Dempsey, “al fin y al cabo en el campo habrá once contra once” y todo es posible.
La sinfónica roja
Chile parecía una orquesta ejecutando un gran concierto con todas las piezas afinadas, bajo la batuta de Eduardo Vargas y el acompañamiento del volante Arturo Vidal y el delantero Alexis Sánchez.
Dos días antes del partido de cuartos ante México, Vargas lloraba al saber que su mamá Paola Vargas había sufrido un preinfarto y quería regresarse a Chile, pero ella lo convenció de quedarse con su selección y jugar el mejor partido de su vida para ayudarla en su recuperación. Y el mejor homenaje que le pudo rendir ‘Edu’ a su madre fueron los cuatro goles que anotó en la histórica paliza 7-0 que Chile le propinó el sábado pasado a México, que le dio el boleto a semifinales de la Copa América Centenario.
“Estoy muy contento por el triunfo y la clasificación. Le quiero dedicar este partido a mi mamá y a mi familia”, dijo el delantero a la televisora local.
Lo que parecía un partido de fuerzas parejas se convirtió en un ballet de los sudamericanos, que jugaron su mejor partido desde que el argentino Juan Antonio Pizzi asumió como DT en febrero pasado.
Con los pies sobre la tierra, Pizzi afirmó que sentía “mucha felicidad” por la goleada, aunque pidió “cautela” de cara a las semifinales ante Colombia, que se jugará este miércoles a las 19:00.
“No es fácil ser el entrenador de un equipo que logra plasmar en la cancha una superioridad como la que conseguimos hoy ante un rival de primerísimo nivel en una instancia decisiva”, agregó Pizzi en la rueda de prensa posterior al partido.
Chile puede ilusionarse en repetir el torneo ganado, en su casa, por primera vez en su historia, pero no la tendrá fácil ante Colombia, un equipo que además de buen juego dará dura batalla.
A grito de gol, los chilenos enronquecieron sus gargantas y acompañaron frente al televisor cada anotación de su inspirada selección con bocinas y a ritmo del clásico “chi, chi, chi, le, le, le”. Una euforia desatada por tantos de Edson Puch (16, 87), Alexis Sánchez (49) y Eduardo Vargas, que se vistió de héroe con cuatro anotaciones a los 44, 52, 57 y 74, y que tomó forma colectiva con espontáneos festejos en Santiago, la capital del país.
¡Inolvidable!, tituló el diario La Tercera en su portal de Internet en el que destacó que “sin puntos bajos” Chile firmó una goleada histórica que lo enciende para las semifinales donde lo aguarda Colombia.
Emol festejó que “apareció el campeón de América”, que hace un año de local alcanzó por primera vez un título continental, pero destacó que en la semifinal el equipo sufrirá la baja por suspensión de Arturo Vidal. El ‘Rey’ del mediocampo de la Roja se perderá el duelo ante los cafeteros por acumulación de tarjetas amarillas.
Hinchas y medios locales recordaron que un 18 de junio de 2014 Chile sorprendió al mundo al vencer a España en el Mundial de Brasil, cuando los españoles eran los campeones vigentes.
Y el partido también se jugó en las redes sociales que se inundaron de mensajes de apoyo a la Roja, chistes sobre la estrepitosa caída de los mexicanos y advertencias sobre lo que se viene y la posibilidad de repetir una final contra la Argentina de Lionel Messi.
Colombia aviva la ilusión
Doce años después de lograrlo en Perú, Colombia firmó su presencia por octava ocasión en unas semifinales de la Copa América, el primer objetivo cumplido del combinado de José Pekerman en la edición del Centenario y que aviva la ilusión de sus muchachos de buscar algo más.
Fue en Perú 2004, a órdenes de Reinaldo Rueda, exseleccionador de Ecuador y Honduras, cuando una Colombia en ese entonces sin grandes nombres en el planeta fútbol llegó a la penúltima ronda después de imponerse en su grupo y pasar sobre Costa Rica en cuartos.
Pero el rival que le tocó fue nada menos que Argentina, dirigida por Marcelo Bielsa y en el que brillaban unos jovencitos Carlos Tevez, Javier Saviola, Andrés D’Alessandro y Javier Mascherano. La ‘Albiceleste’ no tuvo piedad del elenco ‘cafetero’ y le aplicó un 3-0 en Lima. Luego, Argentina caería con Brasil en la final que se resolvió por penales.
Seguirían para Colombia frustraciones en las ediciones de Venezuela 2007, Argentina 2011 y Chile 2015. Caída en cuartos en las dos últimas y papelón en su vecino país, adonde se despidió con dos derrotas. El nuevo capítulo de Colombia lo escriben jugadores graduados en las ligas más importantes del Viejo Continente, y que hace dos años le entregaron a su país la mejor historia de un seleccionado cafetero en una Copa del Mundo.
“Tenemos que seguir creciendo. Todas estas son experiencias muy positivas y tenemos argumentos para hacer un buen partido y poder ganar, sea el rival que sea”, aseguró Pekerman, en el banquillo colombiano desde enero de 2012.
Pekerman ha ido encontrando poco a poco en cuatro partidos disputados en Estados Unidos el balance del equipo. En su sistema defensivo cuenta con un David Ospina que brinda seguridad en el arco -atajó un penal-, goza de una zaga coordinada, que ganó los duelos que propuso el voraz Paolo Guerrero, y sus volantes centrales, Carlos Sánchez y Daniel Torres, son efectivos en recuperación y distribución.
Por ahora Pekerman duerme tranquilo porque se siente protegido atrás, pero es en el circuito ofensivo donde el propio entrenador ha mostrado preocupación.