El modelo en cuestión es el denominado Nike Premier Slam, que tiene un valor de 98 euros ($ 111) en el mercado y que presenta una falda muy corta, tanto que vuela hacia arriba, provocando molestia para el desarrollo del juego de las tenistas.
La respuesta de la multinacional llegó a través de correo electrónico y la recoge el sitio web Sportsmail: “Tenemos que hacer un pequeño cambio en los vestidos debido a las reglas de Wimbledon. Devuélvalos, por favor, a la casa central”. Durante los encuentros de preclasificación de esta semana, algunas tenistas se las ingeniaron como pudieron para jugar con los citados vestidos.