El objetivo de la actividad, que se cumplió el pasado 24 de junio, es que la comunidad educativa esté preparada ante ciertos tipos de amenazas naturales como sismos, erupciones volcánicas, tsunamis, inundaciones y otras.
En el último simulacro se registró un incremento del porcentaje de participación de la comunidad educativa. En abril fue del 32%, mientras que en esta ocasión se llegó al 76%, pues cerca de 17.700 instituciones educativas fueron parte de las tareas planificadas de prevención.
Según el protocolo, el simulacro general culminó con la revisión de las instalaciones educativas, lo que permitiría constatar los posibles daños a la infraestructura de los planteles.
Según el Ministerio, estas actividades continuarán cumpliéndose el último viernes de cada mes, con el fin de mantener activa la preparación de la comunidad educativa frente a los desastres naturales.