“Debemos enseñar también que sabemos decir no a quienes de forma elitista y oportunista, actuando con absoluta falta de escrúpulos, se valen de la traición, la mentira, y el golpismo para, hipócritamente, llegar al poder y gobernar en absoluto desacuerdo con los deseos de la mayoría de la población”, aseveró en el texto leído por su abogado, José Eduardo Cardozo, ante la Comisión Procesal de Impeachment del Senado Federal.
En el documento, de más de 30 páginas, Rousseff ratificó asimismo que, en nombre de los 54 millones de votos con los que ganó las elecciones presidenciales de 2014 y del pueblo, luchará con todos los instrumentos legales a su alcance para ejercer su mandato hasta el fin.
“Quienes me conocen saben que probablemente incurrí en errores y equívocos de naturaleza personal y política, pero jamás en la deshonestidad, la traición o la cobardía”, subrayó antes de insistir en que tampoco traicionó sus creencias, sus convicciones o a sus compañeros en las horas más difíciles.
“Por eso, si alguien espera que abandone la lucha en defensa del mandato presidencial que me fue otorgado por el voto del pueblo brasileño, a partir de una Constitución que establece la existencia de un Estado Democrático de Derecho, comete un error”, remarcó.
Refiriéndose al proceso de juicio político a que es sometida por un presunto crimen de responsabilidad, Rousseff recordó que desde la primera manifestación en estos autos su abogado defensor dejó claro que este proceso fue abierto y viene siendo promovido con manifiesto e inequívoco desvío de poder.
Dijo además ser blanco «de esta farsa porque, como Presidenta, nunca me rendí al chantaje ni acepté hacer concesiones y conciliaciones tras bastidores, tan conocidas en la política tradicional de Brasil».
Catalogó la denuncia presentada contra ella por la emisión de tres decretos de suplementación y las llamadas «pedaladas fiscales» como fuera de lugar, inaceptable y profundamente injusta, y afirmó que nunca, en ningún país democrático, el mandato legítimo de un presidente fue interrumpido por actos de rutina de gestión presupuestaria.
Manifestó que la consumación del impeachment será una gran injusticia y alertó que la cuestión en este momento no es el apoyo o la oposición a su gobierno, sino la unidad de todos en defensa del estado Democrático de Derecho, la preservación de los derechos individuales y colectivos del pueblo brasileño.
Rousseff, quien fue suspendida de su cargo desde el 12 de mayo, optó el testimonio escrito ante la comisión especial de impeachment, pero no descartó defenderse en persona cuando el caso llegue al plenario del Senado, donde deberán realizarse dos votaciones antes de que sea dictada una sentencia.
Para que pueda ser apartada del cargo, sin embargo, es necesario que una mayoría especial -de 54 de los 81 senadores- la condene durante una sesión final conducida por el presidente de la Corte Suprema, programada entre el 25 y el 27 de agosto, poco después de los Juegos Olímpicos Río 2016.