Independiente de Ecuador terminó su participación en la Copa Libertadores 2016 con la medalla de plata en el cuello de sus jugadores y con el respeto de los hinchas del fútbol sudamericano. La noche de ayer cayó 1-0 en el estadio Atanasio Girardot y vio entre lágrimas cómo el Atlético Nacional de Medellín levantaba el trofeo y daba la vuelta olímpica frente a más de 40 mil hinchas. IDV terminó su hazaña continental sin corona, pero dejando un legado y un ejemplo para el resto de clubes ecuatorianos y para los equipos chicos del resto de países. Ayer, el campeón 2016 volvió a maniatar a IDV mezquinándole la pelota como lo hizo en Quito, con la diferencia que en el césped colombiano aprovechó la superioridad y el control para atacar constantemente.
El equipo de Rueda sumó cinco jugadores en cada arremetida y encontró espacios y falencias en la defensa visitante que intentaba y sacaba la pelota como se pudiera: lanzándose al bulto para que una pierna u otra parte del cuerpo interceptasen el remate o el último pase. El cuadro verde mostró su deseo de buscar el arco con frecuencia desde antes de cumplirse el primer minuto, cuando Miguel Borja se impuso por velocidad a Arturo Mina que era el último hombre en la zaga.
Ese instante fue de terror para IDV, que con pocas esperanzas esperó que el artillero fallase. Los rayados respiraron y los verdes se tomaron la cabeza. El primer minuto de desorganización no fue aislado para IDV. A lo largo del segundo tiempo el cuadro de Pablo Repetto no atinó a quitar el balón y peor mantenerlo en su poder para restarle espacio al once local, que se sintió muy a gusto en la cancha. Este primer tiempo del equipo sangolquileño fue peor que el del encuentro de ida. Por eso Atlético, a los tres minutos, ya había generado su segunda ocasión de gol con una arremetida del lateral derecho Javier Bocanegra, que terminó con un remate cercano al palo derecho de Librado Azcona.
Y solo 2’ minutos después Bocanegra encontró receptor en el área tras un envío a ras de piso y si no fuera por Arturo Mina, Marlos Moreno hubiese lanzado al gol. En cinco minutos el cuadro dejó en claro que su ambición por el título era tan grande como el amor que le mostraron sus hinchas cantando y gritando por más de cinco horas, antes y durante el partido. Mina se vio obligado a generar una pausa para que su equipo se reordenara y el rival perdiera la dinámica con la que entró desde el primer segundo.
El zaguero central amagó una lesión y se lanzó al piso tomándose el rostro pese a que la falta recibida no ameritaba. La acción del futuro defensa central de River Plate sirvió por poquísimo tiempo. El gol que convirtió Miguel Borja a los nueve minutos premió al que manejaba el partido a su antojo y con sobra de merecimientos.
IDV apenas reaccionó con una corrida de Julio Angulo por la banda derecha que finalizó con un rechazo de un zaguero local. Y al minuto ya estaba Atlético generando peligro en la cancha visitante con base en pases cortos y de primera entre Alejandro Guerra, Macnelly Torres, Marlos Moreno, Orlando Berrío y Borja. Para cortar esas continuas paredes del ataque verde, Mina, Luis Caicedo y Mario Rizotto levantaron su nivel y se hicieron notar en el campo de juego.
Atlético Nacional siguió generando acciones de gol o de peligro en las cercanías del área sangolquileña. Y tuvo la posibilidad de aumentar cifras en el marcador a los 30’ y a los 32’ con remate de Torres y cabezazo de Borja. Para esa etapa del encuentro, Júnior Sornoza, Bryan Cabezas y los dos Angulo entraron poco en el juego. El número 10 tuvo una tibia reacción como generador con el pase aéreo que superó a Alexis Henríquez y Davidson Sánchez y el centrodelantero mandó por encima del pórtico del guardameta argentino Franco Armani. ¿A qué aspiraba el conjunto ecuatoriano? Con la motivación del rival, a que el árbitro Néstor Pitana los enviara a los camerinos a descansar los 15 minutos reglamentarios para que el DT uruguayo Pablo Repetto arreglase la estructura del equipo con indicaciones tácticas, un discurso alentador o un cambio.
Al parecer hizo todo. IDV fue otro equipo en el segundo tiempo. Mostró su mejor cara en los 180 minutos que disputó con el Nacional de Medellín. Los héroes del Valle salieron con una mejor actitud, le perdieron miedo a la pelota y se la cedieron poco al dueño de casa, que vio en el lojano Johnny Uchuari al jugador más difícil de bloquear. El exenganche de Liga (L) y Liga (Q) se convirtió en el nexo ideal para Cabezas y Pepe Angulo. Se asentó apenas tocó el gramado, al punto que al minuto 1 de la segunda parte creó la mejor acción de IDV en los 90’. Con un autopase dentro del área dejó en el camino a Henríquez, mas Sánchez alcanzó a corregir. La jugada terminó siendo polémica porque la banca de Independiente pidió penalti.
Incluso luego del juego, Repetto criticó al árbitro por no haber sancionado. IDV levantó, pero Nacional, pese a bajar las revoluciones y cuidarse como lo hacen los equipos de Reinaldo Rueda, continuó hallando espacios y oportunidades para aumentar su ventaja y ganar el título. Cabezas mejoró su rendimiento y su velocidad puso a mal traer a Bocanegra, sin embargo por la otra banda Julio Angulo aportó poco, al igual que Jonathan González, que no contó con mucho tiempo en la cancha. Así también, si Jefferson Orejuela hubiese tenido en la etapa inicial el desempeño que presentó en el segundo tiempo, Independiente habría realizado un partido más equilibrado. Atlético Nacional campeón de América, como en el 89. Independiente, campeón de Sangolquí, el pueblo que ya no es famoso solo por el ‘hornado’.