Hasta 30 años de cárcel afrontarían Efraín Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, dos sobrinos de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores, quienes son acusados de conspirar para introducir 800 kilos de cocaína en Estados Unidos, y que en esta semana «confesaron» su participación en el crimen.
De acuerdo con la documentación que presentó la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York ante el tribunal que lleva el caso, los acusados pretendían realizar múltiples envíos de droga a Estados Unidos y aseguraban que estaban en posesión de cocaína de alta pureza suministrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
Asimismo, según documentos de la corte, los jóvenes dieron estas declaraciones a informantes encubiertos de la DEA, y durante las confesiones, Campo admitió que se reunió con un hombre identificado como “El Gocho”, quien habría obtenido la cocaína de esta guerrilla.
Con los documentos, el equipo de fiscales liderado por Prett Bharara pretende que el juez Paul Crotty desestime la última alegación de los jóvenes, arrestados en Haití el 10 de noviembre de 2015 y quienes esperan juicio desde entonces, detenidos en EE.UU.
Los abogados defensores solicitaron al magistrado no tomar en cuenta lo que dijeron Campo y Flores tras ser arrestados, ya que no sabían del derecho que otorgan las leyes estadounidenses para permanecer en silencio.
Según la defensa, hicieron las declaraciones coaccionados por los agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) que los interrogaron. Ambos se declararon entonces no culpables. Mientras, la fiscalía pide una sentencia de cadena perpetua.
Todo esto sucede, mientras el Parlamento venezolano, de contundente mayoría opositora, anunció que investigará el caso de los sobrinos de la pareja presidencial de Venezuela. La diputada Delsa Solórzano dijo que la investigación se iniciará en la comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional en vista de las pruebas que supuestamente los incrimina.
La parlamentaria agregó que desde la Cámara se informará “al ente respectivo” en Estados Unidos acerca de esta investigación para que Venezuela “conforme a lo que pueda haberse cometido” en el país caribeño “llegue a una conclusión y remita las actuaciones al Ministerio Público”.
Flores de Freitas, de 31 años y Campo Flores, de 30, portaban pasaportes diplomáticos al momento de la detención y desde entonces se encuentran privados de libertad sin derecho a fianza.
De su lado, el agente de la DEA, Sandalio González informó este miércoles que un testigo cooperante que llevó a la captura de los jóvenes fue asesinado en diciembre pasado en Honduras. «El cooperante comenzó a brindar información a partir de mayo del 2015, con el fin de obtener un acuerdo con las autoridades por su ayuda y en última instancia a lograr la indulgencia de la sentencia, ya que estaba acusado de un delito de drogas en el distrito sur de Nueva York», dijo González.
El agente antidroga de EE.UU indicó que el testigo cooperante era un traficante de drogas en Honduras y estaba confinado a una silla de ruedas, y nunca portó equipos de grabación proporcionados por la DEA.