Los departamentos más castigados hasta la fecha fueron Arauca, Vichada, Putumayo, Guaviare, Chocó y Cauca, precisó la emisora la cual cita un informe de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
En días previos el director de esa institución, Carlos Iván Márquez, afirmó que el Gobierno ha brindado ayuda a perjudicados por tales sucesos en dichas zonas.
Particularmente en Chocó, con costas en el océano Pacífico y una de las más pobres de Colombia, hay al menos dos mil 500 viviendas dañadas, precisó el funcionario.
El período invernal, ligado aquí a la llegada de las lluvias tras una intensa sequía, comenzó en abril y pudiera agudizarse a partir de octubre con la influencia del evento climatológico conocido como La Niña, de efectos contrarios a El Niño.
Según expertos el primero de ellos suele incrementar los aguaceros y las inundaciones, en tanto el segundo profundiza la escasez de precipitaciones.
La fase seca que antecedió a la actual etapa avivó incendios forestales, provocó desabastecimiento de agua en más de un centenar de municipios y ocasionó estragos en el sector agropecuario, además puso en tensión al sector energético, pues aproximadamente el 60 por ciento de la generación depende de fuentes hídricas.
El clima «anda dando tumbos» y de un período caracterizado por la carencia de agua, pasaremos a otro con exceso de lluvias cuyas consecuencias para millares de pobladores serán de lamentar, vaticinaron meteorólogos.
Mientras El Niño u Oscilación del Sur afecta principalmente a los ricos propietarios de tierras y grandes cultivos, a las poderosas empresas generadoras de energía hidráulica, a los potentados e influyentes ganaderos; La Niña viene con todo contra los pobres, los que más sufren por los descomunales aguaceros, añadió el especialista Max Henríquez Daza.
Datos oficiales revelaron que unos tres millones de ciudadanos sufrieron pérdidas durante la anterior fase de invierno (2010-2011).
