En un comunicado, Sanders señaló estar «profundamente preocupado». Añadió que para muchos brasileños y observadores del controvertido proceso de destitución, este se «asemeja a un golpe de Estado». «Después de suspender a la presidenta de Brasil por motivos dudosos, el nuevo gobierno provisional abolió el Ministerio de las mujeres, la igualdad racial y los derechos humanos.
Ellos han reemplazado una administración diversa y representativa con un gabinete compuesto por hombres. La nueva administración anunció planes para imponer la austeridad, aumentar la privatización e instalar una agenda de extrema derecha social», cuestionó Sanders.
El senador también dijo que el esfuerzo para sacar del cargo a la presidenta Rousseff no es un juicio jurídico, sino «político». «Estados Unidos no puede sentarse en silencio mientras que las instituciones democráticas de uno de nuestros aliados más importantes son socavados. Hay que levantarse por las familias trabajadoras de Brasil, para que esta controversia sea resuelta con las elecciones democráticas».