Para quienes no pudieron salir de la ciudad la mejor opción fue acercarse a las piscinas municipales: La Moya, El Tingo, Rumiloma, Píntag, Cunuyacu, Tababela, Puembo, Pifo, San Antonio de Pichincha, Nanegalito, Atahualpa y Puéllaro y de esta manera pasar un momento ameno con la familia y los amigos.
En el Balneario El Tingo las personas hacían cola para entrar, ataviados con los implementos necesarios para disfrutar de este espacio. Según el administrador de esta piscina Eduardo Morales, el día viernes 12, recibieron alrededor de 4 500 personas desde las 08:00 hasta las 16:00. El panorama cambió este día por cuanto a las 10:00 de la mañana, en solo dos horas, había recibido la misma cantidad de turistas.
El balneario de El Tingo, es uno de los principales atractivos de esta parroquia ubicada al sur oriente de Quito, tiene una extensión de dos hectáreas y sus aguas cuentan con una temperatura promedio de 37 centígrados.
En Cunuyacu, las personas entraban con toda tranquilidad, las piscinas y sus instalaciones les esperaban para que inicien un día de relajamiento y diversión. Quienes no entraban a las piscinas, caminaban por los senderos y otros se dedicaban a hacer deporte, todos con una sola idea disfrutar en familia de un espacio diferente.
Pedro, llegó con su nieto, y señaló “que las piscinas sean gratuitas en los feriados es una excelente idea para impulsar el turismo, felicito la iniciativa del Alcalde y que esto lo haga más a menudo para beneficio del turismo y también porque nos ayuda económicamente”.
Ángel Quichimba dijo que está “chévere porque todos pueden venir a disfrutar de estas hermosas y cálidas aguas”.
Por su parte un turista extranjero, Andrei Woltian, señaló que el balneario y sus piscinas “son muy lindas, es un lugar muy divertido, la gente viene y se divierte”.
Ana María manifestó también su alegría y señaló “que le parece bien que las personas vengan y visiten todas las piscinas municipales que tienen nuestros valles, en especial”.
El Balneario de Aguas Termales Cunuyacu se encuentra en las faldas noroccidentales del cerro Ilaló, a una distancia de 16 km de la ciudad de Quito, de origen volcánico, ocupa una extensión de 5 hectáreas de terreno.