«La sentencia que reafirma tu injusta condena marca un hito, el lamentable final de la democracia en Venezuela», escribió Almagro.
El pasado 12 de agosto, la corte de apelaciones del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ratificó la sentencia contra el líder opositor Leopoldo López, condenado a 13 años, nueve meses y siete días de prisión en septiembre del ano pasado.
En septiembre de 2015, López fue hallado culpable tras de los delitos de instigación pública, asociación para delinquir y determinador en daños e incendio en relación a los hechos de violencia desatados tras una manifestación opositora en febrero de 2014, que dejaron un saldo de 43 muertos. López ha asegurado que es inocente de los cargos.
«Párrafo a párrafo, es asimismo, la terminación del Estado de Derecho. En esa sentencia queda claramente establecido que en Venezuela hoy no rige ninguna libertad fundamental y ningún derecho civil o político y que estos han expresamente quedado sin efecto en la conducción de los asuntos de gobierno».
«Reafirmo una vez más, lo dicho anteriormente, en el sentido que la existencia de presos políticos es absolutamente incompatible con un sistema democrático. Y que un preso político significaba la prisión de todos nuestros derechos políticos», agregó el secretario general de la OEA.
Almagro también hace referencia en su carta a la respuesta del gobierno de Nicolás Maduro al intento de la oposición para revocar su mandato a través de un referéndum, escribiendo que «el Gobierno de Venezuela quiere desconocer el derecho constitucional de la gente de revocar a su Presidente».
«No es aceptable en ningún ámbito, quitar el poder de las manos de la gente, adonde pertenece y utilizarlo como moneda de cambio. Hacerlo es el golpe final al legado político de (Hugo) Chávez», escribió en otro punto de la carta.
Almagro vs. Maduro
El 18 de mayo Luis Almagro le dijo al presidente de Venezuela Nicolás Maduro que era un traidor y que se convertiría en un «dictadorzuelo» si le negaba el referendo revocatorio al pueblo.
Las fuertes palabras de Almagro al mandatario publicadas en mayo en una carta difundida por la página oficial de la OEA luego de que el presidente Nicolás Maduro asegurara en mayo que Venezuela era víctima de una campaña de desprestigio internacional y que Almagro y el expresidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez habían participado de primera mano en esos supuestos intentos de desestabilización.
Después de esa carta, Almagro presentó el 30 de mayo al Consejo Permanente un informe en el que aseguró que Venezuela atraviesa una crisis multidimensional que “desde la precariedad de la situación económica y financiera, compromete su futuro social y político” e invocó la Carta Democrática Interamericana para el país.
La OEA, que estudia la situación del país, aún no ha activado la Carta.
El artículo 20 de dicha Carta especifica que el Consejo Permanente «podrá disponer la realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática» y que «si las gestiones diplomáticas resultaren infructuosas o si la urgencia del caso lo aconsejare, el Consejo Permanente convocará de inmediato un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General para que ésta adopte las decisiones que estime apropiadas».