En ese caso el mandato de Rousseff será completado hasta 2018 por Michel Temer, su exvicepresidente devenido en archienemigo, y que gobierna la mayor economía latinoamericana desde mayo, cuando la mandataria de 68 años fue suspendida.
«Declaro abierto las sesiones», dijo el presidente de la Corte suprema de justicia, Ricardo Lewandowski, que encabeza el proceso. Los senadores se transforman en jueces y deben dejar de lado posiciones ideológicas, partidarias y personales, añadió.
Los expertos coinciden en que sólo un milagro podría devolver al poder a la exguerrillera, acusada de maquillar las cuentas públicas.
Los sondeos indican una tendencia prácticamente irreversible en favor de la destitución, que requiere de una mayoría especial de 54 votos (dos tercios) de los 81 senadores.
La votación final, en la que se definirá si se le impugna o no el mandato, se prevé a comienzos de la semana próxima.
«A lo largo de los más de 100 días de este proceso los senadores ya se formaron una opinión y no creo que haya ningún cambio en relación a la votación. Mi previsión es que habrá entre 59 y 61 votos a favor del Impeachment», dijo el senador Raimundo Lira, uno de los que presidió la comisión que lanzó este proceso.
El juicio se inicia con testimonios de testigos de la defensa y la acusación de la presidenta. El lunes será la propia Rousseff la que tomará la posta de la defensa.