Este lunes, la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff compareció ante el Senado como parte del proceso de juicio político que se lleva en su contra.

CNN

Durante su comparecencia, Rousseff pidió que voten en contra de su destitución para impedir «un golpe de estado» en Brasil.  «Estamos a un paso de la concreción de un verdadero golpe de Estado», denunció Rousseff durante su defensa en el Senado, en el umbral de su juicio político. Y «si se consuma, resultará en la elección indirecta de un gobierno usurpador», añadió la exguerrillera de 68 años, quien repitió que es «inocente».

Dilma Rousseff está acusada de autorizar gastos a espaldas del Congreso de Brasil y postergar pagos a la banca pública para mejorar las cuentas públicas y seguir financiando programas sociales el año de su reelección. Estos actos están prohibidos por la Constitución brasileña.

Por su parte, la defensa de la exmandataria aduce que las prácticas cuestionadas también fueron usadas de forma recurrente por gobiernos anteriores, sin que fueran castigados. Si Rousseff llega a ser destituida se convertirá en el segundo Jefe de Estado en ser sometido a un proceso de destitución en el Congreso brasileño. El primer Presidente en ser destituido fue Fernando Collor, pero dimitió antes de llegar a enfrentarse con los senadores en la fase final del juicio.

El Senado votará si destituye a Rousseff. Si esto sucede será Michelle Temer, el actual Presidente Interino quién finalizaría el mandato, siempre y cuando el impeachment consiga el apoyo de dos tercios de los 81 senadores.